❝¿Se puede escribir un nuevo capítulo?
La vida tras las rejas es mucho más difícil de lo que se piensa.
Jimin no quiere olvidar y sus días se vuelven más y más opacos.
¿Quién será capaz de agregar un colorido a estos?
¿Él? Debía ser una broma de...
El atardecer se podía vislumbrar a través de la ventana enrejada más cercana, pronto sería la cena y podría al fin darle mimos a Hoseok como correspondía. Estaba junto a Jungkook en la sala de lavandería, específicamente donde estaban las lavadoras, alejadas del sector donde Seokjin y Hobi trabajaban.
-Sabes, tus labios están más suaves. - toqué los labios de Jungkook con rapidez y arrugue mi ceño desconfiado. - dame la receta, los míos se resecan siempre. - lo apunté acusatoriamente y él simplemente río. — tengo ese problema hace años ¿y ahora tú tienes una mágica solución que no quieres compartir conmigo? que egoísta. — crucé mis brazos sobre mi pecho haciendo un mohín con mis labios.
-Parece que hay mucho oxígeno en este cabeza. - dijo empujandome levemente mientras yo metía un poco de ropa a la lavadora.
-Cállate, tontito. - lo apunté con una cesta. - no me obligues a usarla. - se río en mis narices y arrugue mi nariz volviendo a mi trabajo.
-Se positivo, solo falta media hora para que tu martirio termine. - apuntó un reloj y me miró sentado sobre la lavadora del lado, jugueteo con su piercing mientras sonreía. Era raro verlo tan sonriente, pero no me desagradaba, era tierno verlo de esa manera.
-Es fácil para ti decirlo, ya terminaste tú parte y a la mitad porque tardaste mas de una hora hablando con Jin y Hobi. - tiré unas prendas adentro tras poner el detergente y me recosté en la lavadora observandolo curioso. - ¿Dio resultado?
-Me fue mejor de lo que esperaba. - sonreí y lo miré dando a entender que siguiera. - Se puede decir que ambos están en paz conmigo, créeme que nunca pensé que resultaría en el caso de Seokjin y resultó, Hoseok también me perdonó.
-Eso es genial. - lo tomé de los hombros emocionado. - al fin podremos convivir todos juntos y no más por separado.
-Me alegra que estés de mejor ánimo, pequeño. - acarició mi cabeza con ternura y miró la lavadora alertado al ver que un extraño sonido provenía de ella. - Tae ¿cuanto detergente le echaste a la ropa?
-¿Qué? - lo miré confundido y pude ver como la espuma salía con abundancia de la lavadora.
Mierda.
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-Sabes, hace más frío acá que de costumbre. - mis cabellos estaban húmedos y goteaban agua. Jungkook a mi lado lucia igual, al menos nos habíamos podido cambiar de ropa y eso reducía un poco la gelidez que nos había proporcionado el accidente con la lavadora. Había sido divertido dentro de todo, creo que la sala de lavandería no estaría prontamente abierta a los reclusos o a nadie en realidad, había quedado hecha un desastre.
-Puede que sea porque tu cabello está empapado. - bromeó y acarició este. - ahora es rojo acuoso.
-Oh cállate. - me queje y le di un pequeño empujón, busqué con mi mirada en el amplio comedor hasta dislumbrar el cabello rosa de Jimin en la mesa de siempre. - ¡Ahí esta Jimin! Vamos.
