Caught | Kookmin | Temporada Dos ♡

➵ ; 0.9

Pov Hoseok

5 días después.

Por suerte Jimin estaba mejor, había logrado descansar y sonreía un poco más gracias a los consejos de Tae, yo por mi parte estaba con este último en mi celda, habíamos salido unos minutos antes del trabajo y aprovechamos de estar juntos. Tenía que reconocer que esta situación en su totalidad aún podía ser un poco extraña e incomprensible, pero no me molestaba.

Tomé la mano de Taehyung y la acaricie suavemente, él se giró a sonreírme ante el gesto algo desprevenido por mi acción, era gracioso saber que cada vez que se ponía nervioso los colores inundaban su rostro haciendo un gracioso contraste con sus cabellos.

-¡Hoseok! no hagas eso, ya sabes como me pongo...- colocó su dedo acusatoriamente en mi pecho y sonrió por lo bajo.- ya estás comenzando a ver mis puntos débiles.

-Cualquiera los notaría, lindo.- juguetee con sus dedos mientras aprisionaba suavemente su mano entre la mía.- eres adorablemente evidente en todos los sentidos.

-¿Y ese ataque gratuito?- apartó su mirada notoriamente más rojo que antes, sonreí abiertamente.- dios Hoseok, mira como me tienes.- se giró a verme, aumentó la cercanía y profundizó su mirada mientras que aún sosteniendo mi mano llevo la mía a sus labios y la beso delicadamente. Sentí como ahora todos mis colores se subían a mi rostro y específicamente a mis orejas, fue mi turno de apartar mi cara presa de todo mi notable nerviosismo.- Yo también puedo ponerte nervioso, no por eso tengo fama de ser un encanto.- me guiñó el ojo traviesamente para carcajearse, debía haber puesto una cara bastante chistosa.

-¡Bien! creo que con eso ya estamos a mano.- él pelirrojo frente a mi me contagió su risa, aproveché ese instante en el que ambos estábamos disfrutando abiertamente de la presencia del otro para robarle un corto beso que correspondió en la inmediatez del momento.

-Tramposo...- susurró sobre mis labios, ambos conectamos nuestros ojos a través de aquella estrecha cama arrinconada por los barrotes oxidados de la parte superior derecha. Pude apreciar el nerviosismo en la mirada ajena mientras luchaba por seguir aquel juego visual sin demostrar debilidad.- No sé qué me estás haciendo, ¿todos tus novios han estado así de fácilmente a tus pies?- soltó lo último dándose por vencido y bajando su mirada mientras mordía ansioso su labio inferior.

-¿Novios?- repetí notoriamente sorprendido con la declaración que había salido de sus labios, no sabía como sentirme en realidad en dos sentidos: ¿eramos novios? ¿Me veía como una clase de conquistador empedernido que tenía a todo el mundo suspirando a sus pies? debía confesar que ambas interrogantes me resultaban abrumadoras, pero así como esta situación no me molestaba en lo absoluto.- ¿cuántos novios crees que he tenido, precioso?- dije lo último con un tono forzadamente coqueto que le sacó una sonora carcajada.

-Ah, dios eres un tonto.- me reí sobre sus labios y dejé un corto beso en estos, el contrario aprovechó dicha instancia y tomó más pasionalmente estos arrancándome un sonoro suspiro placentero.- dejame pensarlo, a veces te cuesta tomar la iniciativa y suspiros como esos me hacen pensar que en contadas ocasiones has besado tanto a alguien.- jugueteo con mis cabellos y se sentó sobre mi regazo a propósito, podía decir esto último por la mirada traviesa que inundaba sus castaños ojos.- no muchos se han sentado en tus piernas, eso puedo notarlo.- relamió sus labios y se movió lentamente, sentía la entereza de mi cuerpo al rojo vivo.- O has tenido muchos novios increíblemente distantes o muy pocos. Ahora tu turno bonito, dime la verdad.- tan rápido como había estado encima mío, se bajó y me miró atento con presunta inocencia.

-¿Y yo era el tramposo?- se encogió de hombros, como pude tape el molesto bulto que se había formado en mi entrepierna.- tú curioso, pero práctico método es bastante efectivo, aunque bueno llamarlos novios sería bastante.- suspire recordando las contadas personas con las cuales me había involucrado física y emocionalmente.- Digamos que tú eres el primero...- dije lo último en un tono más bajo, los colores habían subido nuevamente al rostro del contrario.