Caught | Kookmin | Temporada Dos ♡

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Pov Jungkook

-Debiste dejarme venir solo. - rezonge mirando al pelirosa a mi lado, caminábamos por las calles solitarias un día domingo. - ¿por qué eres tan insistente?

-En tú estado no creo que sería lo mejor dejarte solo. - soltó con simpleza el más bajo, evite su mirada dándole en cierta parte la razón. - debemos irnos en unas horas ¿cierto?

-Exactamente, y es por ello que quiero resolver esto antes de volver a prisión. - miré hacia el lado posando mi vista en las diversas residenciales, en lo que fuera para distraer mi mente. - no voy a dejar que cualquiera se encargue de algo así...

-Es comprensible. - el pelirosa se acomodó la chaqueta que portaba, pues corría un viento matutino. - ¿falta mucho?

-En realidad ya llegamos. - frene de golpe, casi pasaba de largo, tal vez fuera porque no venía desde hace mucho. Era como un almacén cualquiera, que pasaba desapercibido por la mayoría de personas que tenían vidas envidiablemente tranquilas. - tú solo sígueme y actúa normal.

-Bien. - asintió y se posiciono tras mi, abrí la puerta dando cuatro toques. Una mujer conocida para mi hablaba con una de mediana edad, ambas se giraron para ver quien había ingresado.

-¿Chaerin? - pregunté desconcertado viendo a la chica tras el mostrador, ella primero me miró pasmada pata sonreirme y acercarse dándome un fuerte y cálido abrazo. Recibí el abrazo gustoso, la mujer frente a mi era de las pocas que tenía permitido entrar tan en contacto conmigo.

-Y pensar que la última vez que te vi tenías solo diez años. - la abracé con fuerza de vuelta, Chaerin era una de las únicas que había sido cálidas conmigo durante mis primeros años de vida. Ella trabajaba en la base temporal a la cual nos trasladaron un invierno tras un ataque a la base, fue ahí donde la conocí. - ¿Cómo has estado?

-Hmm, me pudo haber ido mejor, ya sabes que no estoy libre. - sonreí con franqueza y me encogi de hombros. - ¿qué haces tú acá?

-Pedí un traslado permanente, las cosas en la base norte estaban un poco complicadas en realidad. - la mujer de mediana edad me veía tras ella con curiosidad. - Supongo que sabrás...

-Me tocó la peor parte a mi base, es una lástima que las demás también hayan sido afectadas, pero somos fuertes o eso creo. - bromee con una pequeña sonrisa inundando mis labios, Jimin me miraba atento, seguramente no frecuentaba a verme tan bromista o al menos no como un bromista desagradable. - tengo que ver a Sung.

-Esta acá por corto tiempo, supongo que tu sabías, pasa por favor. - asentí y miré a Jimin para que me siguiera.

La base central era tal y como la recordaba, simple y elegante. No sobrepasaba los límites de la excentridad y se mantenía a pesar de los años, los cuales debían ser bastantes.

-Sabes, creo que puedo imaginarme a un Jungkook de solo diez años. - el peligrosa sonrió y me miró con sus ojos formando dos medialunas. Mi corazón se agitó y aparté mi rostro avergonzado. - ¿tenía también el cabello tan largo?

-N-No, solía tenerlo corto. - me encogi de hombros todavía avergonzado, estaba lleno de personas que conocía, algunas que quería tener cerca y otras que prefería alejar de un empujón. - o bueno, era para mantenerlo limpio con mayor facilidad.

-¿Sabe Sung de mi existencia? - lo miré de reojo y asentí. - ¿qué exactamente? No lo pregunto para incomodarte ni nada por el estilo, es solo porque bueno ambos vamos a estar presentes junto a él y no me gustaría sentirme incómodo, al menos por mi parte.

-Bueno, en primer lugar tú sabes que te tache como sospechoso, porque era un idiota. - él asintió desviando su mirada mientras me seguía el paso. - pero ya está aclarado absolutamente todo, Jimin. Sung ha sido como un padre para mi, no le guardo secretos, él mejor que nadie sabe lo impulsivo que he llegado a ser, así que por supuesto también sabe de mis errores. — agache la cabeza cohibido, me gire para ver al pelirosa, me tomó con suavidad de la mano para detener mis pasos.