Capítulo 1

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En algún lugar de Texas, en la actualidad

–Tengo algo que comunicar, Majestad– estoy hablándole a un espejo. Si alguien me viera ahora, pensaría que estoy loca, pero no es el caso.

Mi reflejo en el espejo desaparece y se observa una amplia habitación con enredaderas en las paredes y techo alto. Esto es básicamente, una videollamada mágica.

–Shea Rowan, ¿Cuántas veces te he dicho que me trates informalmente?– una voz femenina me llama por mi nombre, pero la dueña de dicha voz aun no aparece en el espejo.

–Muchas veces, lo siento. Es que no puedo olvidar que eres Reina y todo eso– cuando veo su imagen, pienso que es la criatura más hermosa que he visto nunca. Su hermoso cabello de color mercurio cae ligeramente ondeado hasta su cintura, su piel blanca, sus orejas largas y puntiagudas. Me está mirando exasperada con esos magníficos y raros ojos rosados.

–Está bien. ¿Qué noticias tienes para mí?–

–Ah, sí. Hay dos individuos sospechosos buscando su Biblioteca– alza una ceja –Son dos machos que están buscando información, pero nadie debería saber sobre este lugar– este lugar es secreto, se supone que nadie más que nosotras dos debe saberlo.

–Tranquila, yo misma hice circular algunos rumores. Es necesario que algunas ratas salgan de sus escondites, al parecer funcionó. ¿Eres capaz de encargarte de estos dos sola? Si no es el caso puedo enviar Hugo en tu ayuda– No quiero ver a mi ex, gracias.

–No será necesario. Solo son un vampiro y un cambiaformas, puedo encargarme del asunto– frunce el ceño mientras mueve una copa que contiene un líquido dorado.

–Descubre todo lo que puedas de ellos e infórmame. Shea, no te involucres con ellos, si hay necesidad de silenciarlos no quiero inconvenientes– asiento a modo de acuerdo, aunque voy a hacer lo que me de la gana –Debo irme, tengo una reunión. Llámame cuando tengas la información–

La imagen en el espejo desaparece y mi reflejo toma su lugar. Suspiro de cansancio mientras me dejo caer en la cama.

Nací siendo especial, desde que tengo uso de razón puedo escuchar los pensamientos de aquellos mi alrededor, y no solo eso, si los toco puedo adentrarme en sus mentes y ver lo que quiera.

Mis padres lo notaron cuando crecí, y para protegerme me escondieron en una cabaña oculta en las montañas. Viví mucho más tiempo de lo esperado, mis seres queridos murieron y yo continuaba aislada en el medio del bosque, sola.

Nadie podía conocer mi secreto, pero era inmadura, ilusa, no sabía nada del mundo real y estaba sola. Terminé saliendo de las montañas, la primera vez que puse un pie en el pueblo fue el día más feliz de mi vida, aun lo recuerdo como si fuera ayer.

El bullicio del mercado, los tenderos pregonando sus productos, las amas de casa haciendo la compra, los niños revoltosos corriendo de aquí para allá, los variados olores y sabores, todo eso era nuevo para mí.

Empecé a anhelar cosas que no podía tener, una vida normal. Y no terminó bien.

Basta de pensar, tenemos cosas que hacer. Ponte en función del trabajo.

Me pongo de pie lanzando otro suspiro y me preparo para ir al trabajo. Después de una ducha corta, comer algo y comprobar que todas las trampas y hechizos estén en su lugar, salgo caminando de mi casa.

Soy la guardiana de algunos de los objetos mágicos más poderosos que nunca han existido, dichos libros y artefactos se encuentran en el ático de mi casa. En la Tierra la magia no es tan abundante, ni fluye de la misma manera que en el mundo de la magia, por eso, la Reina Arelenti, la hermosa criatura con la que hablé hace un rato, decidió crear un lugar para guardar todos esos objetos en este mundo y me dio a mí la tarea de resguardarlos de las miradas y manos codiciosas.

La bruja de los sentidosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora