Capítulo 24

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Shea

La sensación de viajar entre mundos es… única. Algunos sienten una vibración, otros no sienten nada y otros sienten como si fueran a morir… yo caigo en el último grupo.

Altana tiene grandes cantidades de magia que se acumula y busca una vía de escape hacia la Tierra.

Los portales dimensionales que conectan los mundos naturalmente son masas enormes de magia que se mueve y fluye como remolinos de agua. Y yo, siempre que viajo por uno, noto una desagradable sensación de succión y de estar cayendo en un pozo sin fondo, al mismo tiempo.

Al llegar al otro lado, desorientada y con nauseas, siento un chute de energía que se expande rápidamente por mi sangre y músculos. Es el exceso de magia del ambiente, penetrando en mi cuerpo.

Respiro profundamente varias veces y dejo que mi cuerpo se acostumbre, hasta que el éxtasis se convierte en un simple cosquilleo.

Aquí en Altana, los colores lucen más intenso, el aire huele a naturaleza y el agua cristalina es deliciosa al paladar. Aquí todo es natural, no hay polución ni ruidos. Es una tierra pacífica.

Honestamente, es demasiada calma para mí. Acabo de llegar y ya quiero volver a casa, para escuchar las risas de las niñas y las voces de los chicos.

Me desplazo hasta un edificio cercano e informo de mi nombre, rango y misión. Inmediatamente preparan una puerta portal para mí. Y en cuestión de 15 minutos estoy en el Castillo de Plata, para ver a la Reina Arelenti de Lothrien.

***

-Ya era hora que dieras la cara- le digo a Elen cuando aparece en su despacho.

Las últimas veces que la he visto, han sido cuando ha ido a la Tierra a verme, donde viste informalmente.

Ahora está vistiendo un traje muy elaborado, lleno de intrincados encajes y el color de la tela combina con sus cabellos claros. La amplitud de la tela cubre todo su cuerpo, desde el cuello hasta sus pies, cayendo como una capa. Parece…

-Pareces una modelo puritana- mis labios sueltan lo que pienso sin yo poder controlarlo e inmediatamente después me arrepiento un poco. –Lo siento, se me ha escapado-

-Tranquila, no te voy a morder porque me digas la verdad. ¿Cómo están las niñas?-

-Ellas están muy bien, creciendo rápido. Me estremezco al pensar en el tamaño que tendrán con 5 años- me aterra que no puedan disfrutar de una vida medianamente normal.

-Crecerán, pero siempre serán tus pequeñas y querrás limpiarles el culo cuando terminen en el baño-

-¿Hablas por experiencia propia?-

-Claro. Mis hijos son todos adultos y todavía siento el impulso de regañarlos cuando hacen mal algo, que yo los enseñé a hacer correctamente. Me saca quicio ese sentimiento-

-Me lo imagino-

Cae un silencio cómodo entre nosotras mientras ella se cambia su atuendo monjil por un vestido sencillo de tirante color lila, también de encaje, que deja a la vista sus hombros y el nacimiento de los pechos.

-Ya terminamos la charla informal. ¿Por qué estás aquí exactamente?- habla mientras sirve dos copas de vino élfico. Es un líquido dorado, tan dulce y suculento que me entran ganas de gemir solo con pensar en probarlo.

-Directo al grano, ¿eh?-

-¿Qué pasa, Shea?-

Prosigo a contarle el motivo de mi visita, todo lo relacionado con el símbolo, los Elegidos y todo lo demás.

La bruja de los sentidosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora