¿QUÉ CLASE DE PISTA?

9 0 0
                                    

—¡Ya llegué! —cierro la puerta principal buscando a los chicos pero todo está en silencio.

Dejo las cajas de pizza en la mesa del centro y le hecho un vistazo a la sala. Nada. Le hecho un vistazo a la terraza. Nada. Un vistazo a la cocina. Nada.

¿Donde se metió todo el mundo?

Debieron de haber llegado hace una hora más o menos. No se escucha ningún tipo de ruido. La casa está sola.

Las cortinas blancas se mueven por el fresco viento, tomo asiento al lado de ella y saco mi teléfono. Esto es extraño según mis cuentas, deberían de estar aquí hace rato.

Marco el número de todos pero nadie contesta, el de Dash pero tampoco lo hace y la última opción es Ryan.

El sonido de un teléfono se empieza a escuchar por la casa, trato de localizarlo y camino lentamente por la cocina hasta encontrarlo en el suelo vibrando.

—¿Qué demon....

—Quieta —el sonido del seguro del arma hace que me quede parada —deja el teléfono en la mesa.

Hago lo que me dice. Busco alguna cosa con lo que pueda defenderme pero no encuentro nada —empieza a dar la vuelta lentamente.

¡Piensa! Por su voz se nota que es un hombre que mide 1.78 metros, toma el arma con la izquierda, está a a centímetros de mi cabeza no puedo hacer moviendo bruscos porque el disparo será más certero que mis movimientos.

—Empieza a darte la vuelta lentamente.

Me doy la vuelta y mis músculos se relajan cuando ven a Ryan.

—Si vieras la cara que tienes ahora mismo —se parte en risa haciendo carne de los ojos con molestia.

Maldijo hijo de las frutas maduras.

—Eres el peor —baja el arma mientras llevo mi mano mi frente —¿Sabes lo que pude hacerte?

—Pero no hiciste nada —sube y baja sus cejas —vamos, dale un abrazo al tío Ryan.

Sin poder decir otra cosa o reprochar sobre el tema se abalanza contra mí cubriendo todo mi cuerpo con sus fuertes músculos dejándome completamente sin aliento.

—¿Cómo va todo pequeño demonio?

Ese es el sobrenombre supuestamente cariñoso qué optó para mi.

—Te dije que no me llamaras así —susurro —Los demás pueden escucharte y llamarme así por el resto de mi vida.

—¿Le tienes miedo a esos frikis?

—Si a "Frikis" te refieres a tipos que sacan ojos entonces si, son frikis pero no, no les tengo miedo.

—Que rara eres —guarda el arma —cuéntame como va todo.

—Si te llamé es porque las cosas están mal y necesito el mayor porcentaje de hombres trabajando.

—Si sabes que no trabajo para ti ¿Verdad?

Ryan es un hombre maduro y aunque jamás le he preguntado su edad sé qué es mucho más mayor que Callan y Dash juntos hice. Qué es un hombre que tiene mucha experiencia en este ámbito, es un conocedor de muchas cosas. Es un hombre fuerte y se nota que está en condiciones de todo.

Y pensar que nuestra amistad comenzó en Charleston cuando intento asesinarme un millón de veces.

—Lo sé y también sé que tienes una vida —me acomodo en unos de los taburetes de la cocina —pero necesito que me des tu punto de vista en algo y eres la persona más cercana a la palabra "experiencia".

Misterio Y Placeres [En Proceso] #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora