¡BIENVENIDA A: Glasgow.

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Toda una noche tomando. Eso fue lo que hicieron toda la noche, subí a mi habitación y los dejé abajo. Estaba un poco furiosa después de que Magnus apareciera porque le dije a Callan un par de veces que lo mejor no era emborracharse hasta perder la cabeza pero no quiso escucharme y solo dijo "Si no quieres estar aquí, fuera" lo tomé como porque estaba pasando por un mal momento y que ya tenía alcohol en la cabeza pero juro que si vuelve a decirme algo así lo voy a bajar de esas nubes con un golpe en la cabeza.

Mi pecho sube y baja de tanta adrenalina en el cuerpo. Llevo más de dos horas haciendo ejercicios y siento que ya no doy más. He practicado con las armas, cuchillos y por último me quedó hacer un poco de ejercicio mientras esperaba que se hiciera más tarde para empezar acomodar las maletas. Durante todo el tiempo que he estado sola esperando que los monos se levanten tuve tiempo de tantas cosas que ahora siento que ya no hay nada más que pueda hacer.

—Es un lindo lugar, me gusta aquí —la voz de Ryan se escucha bastante feliz —creo que ni siquiera iré a esa absurda junta de locos.

—¿Qué? tienes que estar ahí —me acomodo el cabello en un moño alto —se supone que nos reuniremos en medio de esos mafiosos ¿Acaso no quieres hacer nuevos negocios?

—¿Sabes que quiero? Quedarme aquí para siempre hasta que todo ese legado maldito de Europa se extinga.

—Deja de soñar cosas que no se cumplirán —suelto una risita —ah propósito: creo que oficialmente voy a renunciar al contrato de los Muller.

—¿Tienes miedo de que la recompensa se haga realidad?

—No. No tengo miedo por eso. Solo que ya esto es personal y no necesito cincuenta mil dólares para querer a esa perra muerta. Toda nuestra investigación nos lleva hacia allá.

—Creo que no hay porque rechazar una buena suma de dinero pero tu tienes tus razones.

Me acomodo en el escalón y miro hacia afuera, sobre la arena, el mar, el sol, las gaviotas y todo. La normalidad de una casa y listo. Lo que ofrece. Se siente el aire tan cálido que quisiera quedarme por siempre aquí ¡Pero no! Otras cosas de nuevo surgen ¿Cuando será el día que podamos vivir en paz?

—Así que no te veré en la reunión pacifista.

Soy solo un matón.

—No digas tonterías o voy a terminar la llamada —suelto el aire del cigarro por la nariz —eres mucho más que eso y lo sabes.

—De todos modos no me vas a obligar a ir, jovencita —ruedo los ojos.

—Supongo que cuando metes el cacho nadie lo saca ¿Cierto?

—Parece que ya me conoces —ríe del otro lado de la llamada cosa que me hace soltar una risa a mí también —nos veremos pronto.

—Adiós.

Es un tonto. Tenía la ilusión de verlo en la reunión, estar en un grupo amplio de amigos pero estaré en un círculo lo bastante reducido de personas que conozco a tal punto que no pienso hablar con nadie.

Me acomodo el pantalón pequeño que llevo puesto y camino hasta entrar en la casa viendo que Dash está sobre la mesa donde ocurrió el desastre y tiene una computadora en sus manos, un cigarro, un plato de desayuno y una cara de mal humor con el título de "No me hables"

—Buenos días Dash ¿Cómo estás después de tomarte todas las botellas habidas y por haber? —le sonrío con la boca cerrada y mis manos en las caderas.

—Hola —sigue sumergido en la pantalla —estoy revisando un par de personas que le deben a los chicos y que todavía no han pagado su cuota mensual.

Misterio Y Placeres [En Proceso] #2Donde viven las historias. Descúbrelo ahora