Weapon (Arma) - Pausada.

Capítulo 26. Por última vez.

Sentí asco. 

Solo verlos y estar cerca de ellos me repugnaba.

Ambos yacían dormidos en la cama apenas siendo cubiertos por las suaves sabanas, me revolví entre ellas y me levanté con nauseas. Cogí la bata floreada que hace unas horas llevaba puesta y me la puse para salir a tomar aire al balcón. 

Mis respiraciones eran irregulares, apenas y podía procesar todo lo que habia visto sobre la hermana de Danny. Sentí una profunda tristeza por como todo habia terminado para ella, lo mismo que habia sentido cuando vi a Mary muerta, con el rostro lleno de sangre, fue el sentimiento que me atrapo de inmediato. 

Ninguna de las dos merecian nada de esto. ¿Pero acaso se lo habian buscado? 

Entendía ahora a Danny, su locura, su paranoia y su sed de venganza. El solo queria justicia para su hermana incluso si eso le quitara la vida. Pero por otro lado entendía que estaba arrepentido, un sentimiento de culpa lo acompañaba... él había sido una de las razones. 

Yuri y Mischa habian sido muy buenos conmigo, pero esto... solo demostraba que seguian siendo los mismos monstruos. Ellos habian permitido esa atrocidad y quien sabe cuántas más. 

Me sentí estúpida incluso de creer que ellos podrían ser buenas personas. Todo era una fachada, en el momento en que estuvieras en su contra te aniquilarian sin el minimo de arrepentimiento. 

"No dejaré que te hagan daño"

Reí perpleja, no podia creerles. Yo... necesitaba salir de aqui.

***

Los días pasaron, como si nada hubiera sucedido.

Sin embargo, Mischa no me perdía de vista en ningún momento, quizás por miedo a que hiciera algo, impulsivo quizás. Y eso era exactamente lo que planeaba.

Me iria de aquí, no sin antes asesinarlos. 

Esa noche, regresabamos como de costumbre de dar el show en uno de los clubes del Sr. Carrington. Me las habia ingeniado en reunir, e incluso robar, todo el dinero posible para mi huida. Renté un auto y acordé que lo dejaran aparcado en uno de los clubes más cercanos a la casa de la colina, el cual usaria para irme al aeropuerto. También me hice identificaciones falsas para poder moverme con facilidad. Todo bajo sus narices. 

Admitia que haber trabajado estos últimos meses en todos esos bares y clubes, me habian traido buenos contactos.

-Nina, ¿escuchas lo que digo?- Repetía Mischa ya por tercera vez.

-Lo siento, estoy un poco cansada- Sonreí.- ¿Qué decias?

Suspiró e hizo puchero.

-Queria que esta noche fuera de peliculas... ya sabes- Sus ojos fueron pícaros.

-Deja a la pobre descansar- Comentó el Sr. Carrington a modo de burla.

-O podemos pasar la noche juntos- Agregó viendolo en complicidad.

El Sr. Carrington me dedicó una mirada furtiva, casi depredadora. 

No habia nada en este preciso instante que me causara más asco que el hecho de estar con ellos, pero fingí una sonrisa perfecta casi pícara, accediendo a su petición. Esta noche despues de todo al fin acabaría.

Sus embestidas fueron más salvajes de lo usual y más que en Mischa, el Sr. Carrington estaba enteramente dedicado a mi. Traté de ahogar los gemidos que peleaban por salir de mi boca y desviar mi vista de sus ojos, pero él me obligaba a mirarlo, deseaba que lo mirara cuando estuviera a punto de terminar.