Weapon (Arma) - Pausada.

Capítulo 16. Un gracias.

Miraba hacia un punto fijo de la habitación, la figura de Wendy sin vida totalmente cubierta de sangre se repetía una y otra vez en mi cabeza.

-¿Qué sucedio?- Su voz tranquila no me hizo sentir más cómodo, ¿como podría estarlo?

-F-Fui a su apartamento y encontré la puerta abierta... su habitación era un desastre y allí en el piso estaba ella...- Mi voz se entrecortó.- Sobre un charco de sangre y su cuello...

Ahogué un sollozo.

-Llamé a la ambulancia y...

-Shh- Calmó.- Debes dormir un poco.

Me llevó a la cama y me tendió la píldora que un día antes le había dado. Dude antes de aceptarla.

-Te hará bien- Insistió.

Sin más la introduje en mi boca y sorbí agua con rapidez, me recosté entonces con las manos sobre mi abdomen. 

-Descansa, luego resolveremos esto ¿de acuerdo?- Acarició levemente mi mejilla.

Su amabilidad me descolocó, ahora me sentía estúpido al haberla tratado tan injustamente. Correspondí su caricia. 

-Lo siento...- Pude decir.

Ella negó con una sonrisa

Necesitaba distraer mi mente al menos hasta que la píldora hiciera efecto.

-Tu historia... por favor continua. 

Me miró un instante como intentando analizarme, luego se dejo caer a mi lado.

-Esa noche había logrado conciliar el sueño por primera vez en muchos días, al día siguiente me sentía rejuvenecida y con energía. Pero duró muy poco, pues esa mañana Danny había decidido que era hora de jugar con su nueva presa y yo debía estar presente....

***

Una luz leve viajaba desde la ventana hasta los pies de la cama. Abri los ojos con lentitud y me encontré con la mirada de Quentin posada sobre mi, parecía como si hubiese estado cuidándome. Me sorprendí un poco.

-¿Descansaste?- Susurró.

Mi cuerpo se sentía como nuevo y tenía más energía. Llevaba días sin sentirme así.

-Si...-Sonreí levemente.

Entonces se levantó de golpe y mostró de nuevo su espalda llena de tatuajes. 

Quería preguntarle acerca de ellos, pero la verdad es que era muy temprano como para empezar a hacer preguntas. A Quentin no le agradaba del todo.

-Vamos a desayunar- Soltó mientras se abotonaba la camisa.- Hoy continuaremos con el entrenamiento.

¿Por qué se molestaba? Ya era claro que Danny no estaba de acuerdo con eso. Sonreí levemente.

Ya desayunados, salimos de la casa a continuar con los movimientos de defensa, pero fue cuestión de tiempo a qué Danny saliera a nuestro encuentro.

-¡McLoud!- Gritó.- Qué bueno que estás despierta. Ven aquí, quiero mostrarte algo.

Sentí desconfianza, su estado era deplorable. El cansancio se notaba por lo demacrado que estaba su rostro, era obvio que se mantenía gracias a las drogas, y su ropa... Estaba cubierta de sangre. Mire a Quentin, pero este ni se inmutó al ver a Danny.

-¡Deja el titubeo!- Se apresuro a tomarme del brazo y me llevo a rastras al cobertizo.- No tenemos todo el día.

Lo siguiente que vi fue a un hombre atado a una silla, golpeado y bañado en sangre. Su cabeza estaba hacia atras, quizás inconsciente.