Capítulo 11. Ganar confianza.

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Eran pasadas las 12 de la madrugada, Quentin abrió la puerta de la mugrosa habitación de hotel y con tan solo ver la cama de sábanas viejas se me antojo terriblemente recostarme. Estaba agotada física y mentalmente. Con las ultimas descargas de adrenalina, las horas sin comer y el juego psicológico en el que Danny me mantenía, lo único que deseaba en este momento era desconectarme.

-Hogar dulce hogar- Soltó Danny con gracia mientras se lanzaba en la cama y encendía un cigarrillo.

Quentin se dejó caer en uno de los sillones, también se le veía cansado.

Me mantuve de pie, no quería estar cerca de ellos. Me sentía totalmente incómoda, de alguna manera me abrumé al ver que no había un lugar para descansar salvo el suelo y sabía que Danny era capaz de dejarme dormir ahí como si fuese un animal.

-Mírate McLoud...- Caló mientras me miraba.- Estas del asco.

Apreté la mandíbula y no me quedó más que permanecer en silencio.

Suspiró y se reincorporó con una sonrisa.

-Sin embargo, hoy estoy de buen humor- Continuó.- ¿Sabes por qué?

Expulsó el humo en espera de una respuesta, entonces miró a Quentin, este mantenía los ojos cerrados pero aun así noté que seguía despierto por el movimiento continuo de su pie derecho. Como un tic nervioso.

-Porque me conseguiste la coca- Sonrió.

Se levantó y se acercó a mí calando profundamente y luego expulsando el humo en mi rostro, entonces su mirada cambió.

-Quítate la ropa- Ordenó.

Me tensé. Dio un paso hacia atrás y se mantuvo en espera mientras me miraba con maldad.

Apenas podía pasar el aire, una ola de miedo me invadió y quede petrificada en el sitio donde me encontraba. Al ver que no hacia lo que me pedía me tomo con fuerza del rostro.

-¿No escuchas McLoud?- Bramó.- Te dije que te quitaras la ropa...

Apreté los labios y con un valor sobrehumano lo miré fulminantemente.

-No lo haré- Solté.

Apretó la mandíbula y dejó caer el cigarrillo, me tomó con fuerza por los brazos y me obligó a recostarme. Logró despojarme de la camisa mostrando mis pechos desnudos, comencé a forcejear e intentar quitármelo de encima.

-Danny, es suficiente- La voz tranquila pero severa de Quentin hizo que se detuviera y me dedicara una mirada llena de odio.

Se puso de pie y comenzó a reír como un degenerado.

-¿De verdad creías que tendría sexo contigo?- Sonrió ampliamente.- Me pareces repugnante McLoud, nadie en su sano juicio te tocaría.

Suspiró y se dirigió a la puerta.

-Iré a esconder la coca- Dijo sin más y salió de la habitación.

Entonces, perdiendo lo poco que me quedaba de dignidad, rompí a llorar en silencio. Me sentía totalmente indignada, sentía que ya no quedaba nada de mí, que no lo valía. Estaba frustrada porque no había nada que yo pudiera hacer para escapar de esto, frustrada porque era el objeto de un maldito psicópata que en cualquier momento podría matarme de un balazo en la cabeza.

De nuevo me sentía insignificante.

-Ten- En segundos me había olvidado de la presencia de Quentin. Su mano extendida me ofrecía un suéter.

Alcé la mano para tomarla con cautela cuando me percate de mi brazo, de nuevo estaba sangrando.

-Eso es un problema- Suspiró.- Te ayudaré con eso...

Weapon (Arma) - Pausada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora