Capítulo 14. En defensa.

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Era como si unas manos se aferraran con fuerza alrededor de mi entrepierna, me sacudí con fuerza, desesperada. Un peso sobre mi cuerpo no me dejaba respirar, de nuevo estaba pasando. 

-¡Susan!- La voz de Quentin me hizo terminar de despertar.

Lo mire sofocada, todo a mi alrededor. Estábamos en la habitación y apenas amanecía. Todo había sido una pesadilla. 

Solo habían pasado dos días luego de lo ocurrido en aquel cuarto rojo, y apenas podía conciliar el sueño. Mis ojos se cerraban y mi cabeza se encargaba de repetir las imágenes de esa noche, era una maldita tortura.

-Lo siento....-Traté de recobrar el aliento.

-Está bien- Suspiró y quitó lentamente sus manos de mis hombros. 

Bajé la vista y noté que las sabanas estaban enrolladas en mis piernas, las quité con algo de dificultad y me senté al borde de la cama aun con la cabeza llena de esas imágenes.

Se levantó y se dio la vuelta hacia la puerta. De nuevo pude observar el conjunto de tatuajes que se esparcían por toda su espalda.

-¿Vienes?- Sonrió con tranquilidad.

Todo estaba en absoluto silencio, era reconfortante. Por un momento podía olvidar lo traumático que había sido, eran esos pequeños momentos que me salvaban de la realidad. Tomamos el desayuno en silencio, yo perdida en la pequeña historieta que se encontraba impresa en la parte trasera de la caja del cereal, y Quentin leyendo el periódico.

Sin embargo, todo estaba muy tranquilo. Los últimos días no se sabía nada de Danny, o al menos yo no. Me gustaba la idea de que no estuviera, pero me mantenía intranquila que apareciera en cualquier momento, con sus emociones desbordadas, y me enviara a la perdición en brazos de cualquier degenerado adicto a la cocaína.

Una vez terminado el cereal, miré con cautela a Quentin.

-¿Dónde está Danny..?

-¿Quieres saberlo?- Me miró con interés, dejándo a un lado el periódico. 

No supe que responder.

-Vendrá pronto.

Se levantó del asiento y se dirigió a la puerta trasera de la casa.

-Quiero mostrarte algo- Dijo.

Lo seguí por detrás.

Había un pequeño cobertizo a unos cuántos metros de la casa. Supuse que guardarían herramientas, muebles... o quizás droga, era lo más probable. Abrió la puerta y sacó un montón de botellas de cerveza, vino, refrescos y también una caja de madera. Lo colocó a una distancia considerable de nosotros, una vez ordenado, camino colocándose junto a mí. 

Lo miré algo confundida.

-Te enseñaré a disparar- Sacó el arma que tenia en la espalda y la alzó para que la mirara.

Pasé saliva.

Tomó mi mano y colocó el arma en ella, su peso solo hizo que bajara un poco.

-Jamás he utilizado un arma- Comenté con nerviosismo.

-También te enseñaré a defenderte- Ignoró.

-¿Por qué?

Me indicó cómo debía sujetar el arma y cómo esta se cargaba insertando cada una de las balas en esos pequeños agujeros, sin antes haberlas acercado a centímetros de mis ojos. Señaló el seguro, subiendolo y bajándolo y haciéndo énfasis total en esto último. 

-Es peligroso... ¿de acuerdo? debes tener cuidado cuando estas junto a alguien que no quieres lastimar- Explicó como si se tratara de una niña pequeña. ¿Es así como me veía?- ¿Entiendes hasta ahora?

Weapon (Arma) - Pausada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora