Weapon (Arma) - Pausada.

Capítulo 7. Resignación.

Yacía en su pecho, tranquilo, mientras nuestras respiraciones se regularizaban. Ella seguía temblando y yo quería congelar ese momento; no quería despertar. Fue entonces cuando su roce me hizo volver en sí y tuve que obligarme a salir de ella, como si fuese mi destrucción... era un ángel que me hacia probar una parte del infierno.

Me eché a un lado y coloqué mi brazo para que Susan se recostara. Me miró unos instantes sin decir nada. Acaricié su rostro y aparté un mechón rubio de su frente.

-Eres mi perdición Susan- Susurré.

Sonrió y me besó en los labios.

-Yo también solía tener mi propia perdición.

La miré sin entender.

Entonces ella sonrió y se levantó, ¿Acaso disponía irse? Me alarmé. No podía irse, tenía que hacer que se quedara.

¡La historia!

-Susan- La llamé.- ¿Qué paso luego...?

Frunció levemente el ceño volviéndose hacia mí.

-Tú historia.

Estuvo un momento pensativa y volvió a echarse junto a mí, me sentí seguro de nuevo.

-Apareció ese auto...

-¿Cuál auto?

-El mismo del callejón- Miró hacia el techo.- Por una extraña razón cuando lo vi me sentí aliviada sin saber realmente que a partir de ahí todo cambiaría...

***

-¡Entra rápido!- Gritó Danny tomándome de la cabeza y arrojándome a la parte trasera del auto.

-¿Qué hace aquí?- Habló el chico cuando Danny estaba dentro del auto.

-Arranca- Soltó.

Lo miró un instante y finalmente pisó el acelerador dejando una nube de tierra y hojas secas en el aire. Me desplomé en el asiento aguantando un quejido de dolor, sujete mi brazo derecho tratando de hacer presión en el. Podía sentir como la sangre corría entre mis dedos.

-No vayas a manchar el maldito asiento- Se quejó Danny.

-Púdrete- Repliqué.

Se volvió a mí salvajemente con intenciones de golpearme.

-¡Repítelo!- Gritó amenazante.

-Danny- Intervino el chico.

Este lo miró y luego se posó en mí dedicándome una mirada llena de odio, se volvió dando un gruñido.

Suspiré y me recosté de la ventana. Rápidamente llegamos a un sinfín de casas que se extendían a lo largo de la vía, estábamos en mi vecindario. Pasamos frente a mi casa y le di una última mirada; traté de evocar algún recuerdo que me ligara a ella. Entonces recordé la vista al jardín y la fría brisa golpeando mi rostro.

-Despídete- Habló Danny- Porque será la última vez que vuelvas a verla.

Apreté la mandíbula y esta vez fui yo quien descargó todo su odio sobre él, sonrió sin más y volvió al frente. Sentí el peso de una mirada que noté en el espejo retrovisor, desvió la vista con rapidez.

Tuve que morderme la lengua al sentir una repentina punzada de dolor, el sudor corría por todo mi rostro. No tenía idea de adónde nos dirigíamos y sentía que no podría aguantar mucho.

Maldita sea.

Solo me quedaba esperar.

Mis ojos poco a poco se iban cerrando, estaba muy cansada. Pero no podía dormirme, no confiaba en ellos y estaba atemorizaba; no sabía que planes tenia Danny y estaba segura que no era nada bueno. Tenía que escapar, tratar de hablar con mi madre, debía...