Capítulo 15. Costal de huesos.

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Su melodiosa voz se detuvo, la píldora habia surtido efecto. 

Lancé un suspiro y cubri su hombro desnudo con la manta, la miré un instante y me deje caer sobre la almohada. De nuevo me sentía tranquilo, no lograba descifrar que efecto estaba teniendo Susan sobre mí pero me gustaba, sin duda.

Cerré los ojos y recordé a Moore. 

¿Tendría que explicarle algo de esto? decirle que estaba obsesionado con una de mis pacientes... Susan era practicamente una niña.

Una niña...

Volví a mirarla, acaricié levemente su mejilla.

Una niña que había pasado por cosas horribles, o al menos eso era lo que parecía. Luego de haber escuchado parte de su histora, habían cosas que no quedaban muy claras. 

¿En qué andaban metidos?, ¿Quién los perseguía?, ¿Por qué ese tal Danny la había arrastrado con él?, ese chico que era dulce con ella... ¿Quentin, se llamaba? algo debió haber pasado... ¿Acaso Susan sentía algo por él?

Sentía que Susan hablaba durante horas pero no daba ningún tipo de detalles, quedaba corta en la historia. Era como si quisiera darle un toque misterioso. ¿O acaso ocultaba algo? 

Cerré los ojos de nuevo y decidí dejar de darle vueltas al asunto. Pronto Susan debía llegar al final de esta historia, fuera lo que fuera. 

Rapidamente la pesadez en mi cuerpo se hizo mayor y me sumí en un profundo sueño.

Al despertar, rapidamente cai en cuenta del espacio vacío a mi lado. Me irritó lo estúpido que era al creer que Susan se quedaría y que lo de anoche hubiera sido una clase de reconciliación.

Refresqué un poco el rostro en el lavabo y baje las escaleras como de costumbre a tomar el desayuno, pero fue entonces que vi a Susan de espaldas haciendo lo que eran unos huevos revueltos.

Observé la escena perplejo.

-¿Qué haces?- Solté.

Ella se volteó y sonrió levemente para volver a lo suyo.

-El desayuno.

Entonces sentí esta rabia, ella simplemente no podía desparecer y luego aparecer como si nada, acostarse conmigo y ahora hacerme el desayuno. Además estaba Moore, estábamos saliendo, teníamos una relación. Yo seguí adelante... ella se fue.

-¿Por qué lo haces?

Sirvió dos platos y como toque final le colocó dos tostadas de pan a cada uno. 

-Crei que sería un lindo gesto- Deslizó el plato hacia mi.- Pero ya veo que no te agrada, Jeff.

Dijo mi nombre mirándome directo a los ojos, esta vez no sucumbiria. A pesar del tono en que lo había dicho.

-No puedes hacer esto- Apreté la mandíbula.

-¿Hacer qué?

-Esto no es una buena idea, Moore vendrá en cualquier momento...

Bajó la mirada.

-Y la verdad es que ella me agrada, ¿de acuerdo?- Continué.

Ella solo sonrió y alargó su brazo para dar un mordisco a la tostada. 

Se tomó su tiempo.

-Entiendo doctor Daniels- Su mirada cambió, su tono de voz ahora lucía... distante.

Recorrió con paso tranquilo hasta colocarse frente a mí.

-Entonces lo veré en la oficina, en nuestra próxima sesión.

-No creo que sea adecuado Susan, no deberíamos...

-A la historia no le queda mucho- Interrumpió.- Por favor dejeme terminar, es importante llegar al final.

La miré un instante, detallándo cada parte de su rostro, delineándo la curvatura de sus labios.

-De acuerdo...- Suspiré.

Se dio la vuelta tomándo su abrigo y en un pestañeo despareció tras el sonido de la puerta. Me sentía bien, era una clase de alivio sobre todo a mi bienestar mental. Alejar a Susan era lo mejor, si no lo hacía la obsesión se convertiría en algo más...Sin embargo, no sería fácil, debía acostumbrarme a la idea de volver a verla como a una paciente y no sabía si podría resistir a mis impulsos.

***
Al caer la tarde, todavía no había noticias de Moore, su teléfono aparecia como desconectado. Fue imposible no tener una leve preocupación.

Luego de visitar a Andrew, resolví buscarla a su apartamento, era el único lugar en el que podría estar, a no ser que sus asuntos se hayan alargado.

En cuestión de minutos llegué y aparque al frente del edificio. Lucia solitario y estaba seguro que no muchas personas vivían ahí.

El vigilante me detuvo al verme y fue cuando dije el nombre de Moore, me dejó pasar. Su piso era el número 8 y el apartamento era el A.

El elevador era bastante moderno para el tipo de edificio. Observé mi reflejo en las puertas del elevador, me veía triste. Un gran peso cargaba en mis hombros y a pesar de que había logrado aligerarlo, tenía la sensación de que nunca podría escapar de este déja vù.

Las puertas se abrieron y llegué al apartamento de Moore. La puerta estaba entreabierta, fruncí el ceño y mire a mi alrededor.

-¿Wendy?

Me abrí paso con cautela, el silencio reinaba en el sitio.

Era un lugar pequeño, estaba limpio en su totalidad, salvó en el pequeño desastre que empezaba en una de las habitaciones, al final del pasillo.

Un montón de papeles revueltos, el estante de libros volcado en el piso, las sábanas de la cama revueltas... Parecía que había habido un forcejeo.

-¿Wendy?- Repetí.

Al girarme un gran charco de sangre llegó a mi vista, abrí los ojos y al acercarme un poco, me encontré con la figura sin vida de Wendy.

Mi corazón se aceleró, su garganta había sido cortada en dos. Su rostro estaba tan pálido como un hoja de papel y sus ojos abiertos de par en par.

Mi respiración se entrecorto, recordé a mi esposa, su cuerpo sin vida... Descuartizado. Tuve ganas de vomitar, tenía que salir de ahí.

Como pude llegué al auto, apreté el volante con todas mis fuerzas y respiré hondo. Una presión en el centro de mi pecho se apoderó de mi, el aire que pasaba por mi garganta comenzaba a disminuir. Estaba teniendo un ataque de pánico. 

Necesito salir de aquí. Pensé.

Negué y opte por llamar una ambulancia, aunque por el estado del cuerpo, iba a ser una perdida de tiempo.

Moore está muerta.

Minutos después la ambulancia estaba aparcada frente al edificio. La imagen del cuerpo de Moore siendo cubierto por tan solo una bolsa negra y luego ingresado en la parte trasera del vehículo, había despertado un montón de emociones dentro de mí.

Eso era todo, al final seríamos solo un costal de huesos dentro de una bolsa para cadáveres.

Con el estómago revuelto volví al auto y conduje, reviviendo una y otra vez lo ocurrido en mi cabeza. Mi exterior estaba automatizado, parecía una máquina. Había logrado la desconexión.

Detuve el auto frente al Pale Blue.

No sabía por qué estaba allí, pero lo que hice fue preguntar por Susan en el lobby. Milagrosamente, ella continuaba hospedada en ese lugar. Continué mi camino hacia las habitación indicada, toque con suavidad la puerta.

Abrió en silencio, al mirarme su rostro pareció de sorpresa.

La mire un instante, ya abatido.

-Wendy... Está muerta.

Y rompí a llorar como un niño ahí mismo.

Weapon (Arma) - Pausada.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora