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Llegó el lunes. Alexa se levantó muy temprano para arreglarse y desayunar antes de salir rumbo al trabajo.

El otoño estaba iniciando y el frío empezando a sentirse.

Se vistió con una blusa blanca con mangas largas, unos jeans azules, una gabardina beige y unas botas del mismo color. Peinó su liso cabello castaño oscuro en una coleta alta. Se colocó sus lentes de sol y salió en su camioneta Mercedes hacia su trabajo.

Cuando llegó a Powell's Fashion saludó amablemente a todos. Se dirigió a su oficina para revisar correos y los pendientes del día. Al terminar reunió a todas las modelos para empezar con las pruebas del vestuario de la nueva colección. Claro, Emma también se encontraba allí, ambas estaban muy concentradas en lo que hacían, tomando en cuenta cada detalle en la ropa y las modelos.

—¡Chicas! —las llamó­­ aplaudiendo—. Si alguien no se siente cómoda con la ropa que se le asignó, por favor, tengan la confianza de decirnos —informó con una sonrisa.

—Así es, chicas —secundó Emma—. Hemos trabajado con ustedes desde hace mucho tiempo. Siempre hacen un hermoso trabajo. Ustedes también son importantes en esto y queremos cuidarles. Así que, por favor, cualquier molestia no duden en hablarlo con nosotras —agregó mirando tiernamente a las modelos.

Las chicas asintieron contentas, asegurando que cualquier detalle que pueda presentarse lo darían a conocer, aunque por ahora todo estaba bien.

Siguieron las pruebas hasta llegar la tarde, fueron al gran salón donde se llevaría a cabo el evento.

—Chicas, prepárense. Solo ensayaremos un rato por día. Hoy solo será para que se familiaricen con el escenario y el desfile que harán en la pasarela —les indicó Alexa estando frente a ellas, asintieron y comenzaron a prepararse.

—¿Cuándo ensayarán con el vestuario? —quiso saber Emma.

—El miércoles. Hoy y mañana solo es para que se acostumbren al lugar y definan como harán el desfile —le explicó con ese tono profesional que siempre entona cuando habla cualquier cosa que sea sobre el trabajo.

—¡Wow! Tienes todo fríamente calculado —la halagó dándole un pequeño empujón en el hombro—. No sé qué haría sin ti, siempre haces un trabajo increíble —agregó cálidamente.

Alexa soltó una risita tímida—, no exageres, es mi trabajo. Además, me encanta lo que hago y más si es con mi mejor amiga.

Toda la semana Alexa y Emma se dedicaron a eso. Hasta que llegó el viernes, el tan esperado día para el que estuvieron preparándose arduamente por meses.

Alexa despertó muy temprano para verificar que todo estuviera en orden. Luego llegó Emma a su departamento para verificar juntas algunos detalles. Pasando mediodía almorzaron y después cada quien se dedicó a arreglarse para estar a tiempo en el evento.

Se dio un baño y se colocó una linda bata mientras llegaba Paolo, su estilista. Ella sabe maquillarse muy bien, pero esta ocasión amerita un maquillaje y peinado profesional. Paolo llegó y después de dejarla aún más bella, se fue a hacer su trabajo con Emma.

Cuando estuvo completamente lista se veía hermosa de sobremanera. Con un vestido azul brillante, escote de corazón y cola de sirena. Un maquillaje a combinación que hacía prestar aún más atención a sus marrones ojos. Su cabello con ligeros caireles y con volumen en la parte posterior, dejando caer unos mechones por delante de sus orejas. Finalmente, unas zapatillas color plata que complementan su elegancia y belleza.

Las dos hermosas mejores amigas llegaron juntas en una lujosa limosina al salón donde tendría lugar su ansiado evento. Se adentraron en el elegante y espacioso lugar y se aseguraron personalmente de que absolutamente todo estuviera según lo planeado.

SIN BESOSDonde viven las historias. Descúbrelo ahora