ORION I: Guardián de estrellas ★ Yoonmin

Capítulo 01 | Destino

Capítulo 01 | Destino

Frío.

Eso fue lo primero que sintió Yoongi al poner un pie en aquel imponente castillo. Había pasado tiempo desde la última vez que entro al palacio de Orion. El aire misterioso y los secretos abundaban en los pasillos que se ocultaban entre las sombras, silenciosos aguardando ser revelados. Su cabello era mecido por el feroz viento que amenazaba con arrasar aquellas ramas marchitas de los árboles más viejos que rodeaban la comunidad.

Suspiro con pesar y dio unos cuantos pasos hacia el enorme portón que se presentó ante él. Sus nudillos quedaron a medio camino con indecisión y antes de que pudiera pensarlo más, la enorme puerta de madera fue abierta.

Unos fríos, calculadores y letales ojos grises como el cielo que se presentaba aquel día le dieron la bienvenida.

—Has llegado —murmuró la mujer frente a él.

Su tono era suave como el terciopelo, rozaba lo sofisticado y formal tan característico de la mayoría de los miembros de Orion.

—Buenas noches directora —respondió mientras inclinaba su cuerpo en una respetuosa reverencia.

Angeline le sonrío con las comisuras de sus labios teñidos de un vibrante rojo. Una sonrisa de labios sellados le fue concedida mientras extendía una delicada mano cubierta por guantes de encaje púrpura, casi tan oscuro como el vino.

—Te estábamos esperando —pronunció con inefable emoción—. Pasa te congelaras aquí afuera.

La directora se retiró hacia un costado abriendo el portón de cada extremo. Yoongi suspiro llenando sus pulmones del aire fresco que inundaba el lugar antes de dar un paso al que sería probablemente su futuro infierno. Con pasos lentos y dubitativos se adentro al imponente palacio decorado al estilo victoriano, una vista panorámica esplendorosa bendijo sus ojos. Ante ellos se mostraban imponentes una serie de pasillos divididos por elegantes puertas talladas de madera.

Lámparas de araña colgaban del techo blanco cubierto por finos trazos dorados que simulaban un rosal, la loseta del piso era de un suave mármol azul turquesa que se oscurecía con la escasa luz proveniente de las ventanas cubiertas por cortinas de terciopelo rojo. Todo parecía irreal, hasta la misma mujer que lo acompañaba.

Podía sentir el vello erizandole por donde el viento lo acariciaba. Se quedó estático en medio del enorme salón con el único ruido de los tacones de la mujer que le acompañaban resonando sobre la pulida duela en forma de ajedrez.

—He de admitir que una parte del consejo creyó que no vendrías —confesó Angeline con un sutil timbre.

Yoongi giró en su dirección siguiendo su estela de pasos que comenzaron a través de un pasillo. La siguió meditando brevemente su respuesta.

—No estaba dispuesto a romper mi promesa —optó por responder guardando la calma.

Ambos se dirigieron a un pequeño estudio donde un grupo de personas aguardaban por su llegada. Ocho pares de ojos se posaron sobre él apenas puso un pie dentro de aquella habitación. Angeline le hizo una silenciosa y cordial invitación para que tomara asiento. Yoongi asintió y se dirigió a la silla libre a lado de los reyes de Stella, el clan del que provenía. Amarïe y Eldar lo miraron con calidez, mientras que frente a ellos se encontraba Solar e Idril, reinas de las facciones del sol y la nieve respectivamente.

Angeline se sentó a la cabeza como la directora a cargo del consejo de Orion. Su función desde que se había incorporado al escuadrón de guardianes era vigilar e informar sobre lo que ocurría en la frontera con el mundo humano al mismo tiempo que gestionaban el acceso y protegían la entrada del portal. La ley era clara: ningún humano podía saber de su existencia al menos que no hubiera alternativa, lo cual sucedía en casos muy extremos y por lo regular se les hacía olvidar, el mundo mágico quería proteger a los seres sobrenaturales que existían en aquella realidad paralela a la de los humanos.