Capitulo 08 | Confesión

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Capítulo 08 | Confesión

Caranthir observó la esfera frente a él. En ella podía ver la dimensión humana, llena de edificios altos y luces. Había estado buscando al príncipe durante años, para poder por fin darle fin al único ser que tenía la capacidad de desafiarlo e interferir con sus planes.

—Lúthien, ¿Cómo va el plan? —Su voz grave y profunda retumbó como eco en las paredes que rodeaban su imperio.

El castillo del reino oscuro era imponente, sombrío y frío. Un enorme palacio lleno de centenares de habitaciones, el suelo era de un frío concreto que armonizaba con la nula escasez de luz. Se encontraba en la zona oscura del mapa. Tenebrae era el reino perdido, el oscuro y maldito que había cedido ante los pecados y la maldad que los agujeros negros guardaban.

Lúthien alzó la mirada de su investigación y se dirigió con parsimonia hacia donde se encontraba Caranthir con la cabeza oculta entre las sombras y una capucha cubriendo su rostro.

—Tenemos un problema —murmuró en voz baja—. El príncipe, ha logrado escapar y desconocemos su paradero actual.

—¿El príncipe? —inquirió Caranthir apretando los puños de sus manos. Sus nudillos se volvieron dos eclipses oscuros y una poderosa aura lo envolvió—. No deben encontrarlo antes que nosotros, debemos asesinarlo antes de que ellos lo encuentren.

—Lo se Caranthir, he infiltrado a alguien en el reino Stella para que me de información.

—¿Infiltrado?

—Claro, el plan es maravilloso y no todos son simpatizantes de la corona —comentó Lúthien con una sonrisa dibujándose en sus labios carmín.

—Muy bien, apresúrate, Lúthien, necesitamos apurarnos. El solsticio lunar está cada vez más cerca —dijo con autoridad y Lúthien asintió regresando a su trabajo.

—Lo haré.

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Jimin se removió nervioso tras la inquisitiva mirada de Yoongi. Su confesión lo había tomado por sorpresa y aún no podía sentirse plenamente tranquilo. Tenía muchas dudas y pocas respuestas. El joven lo había acompañado hasta su hogar, prometiendo que volvería al día siguiente. Sin embargo, Jimin sabía que no podría conciliar el sueño si no hablaba con el joven de cabello plateado del cual solo sabía el nombre. Así que arriesgándose en todo el sentido de la palabra decidió ser impulsivo —y dar un salto de fe— ofreciéndole entrar en su pequeño departamento.

Era una suerte que viviera solo desde hace un par de meses, sino cómo le daría una explicación poco lógica a su familia sin verse comprometido.

—Muy bien Yoongi, se que no puedes decirme mucho, pero al menos puedes aclararme dos cosas —pidió con la cabeza palpitando por el estrés.

Yoongi lo miró desde el otro lado de la mesita de centro que los separaba. Había accedido a entrar con él a su apartamento solo para asegurarse que estaría bien y podría dejarlo solo un par de horas para intentar buscar comunicarse con el consejo y ponerse al tanto de lo que estaba ocurriendo.

El ataque de los elfos oscuros no había sido una casualidad y tampoco que uno de ellos atacara a Jimin. Por suerte había camuflado su rastro con la esfera lunar que los protegía para evitar ser localizados. Tenía el poder de camuflar la ubicación exacta del portador de cualquier magia, por lo que por el momento se encontraban seguros.

—Está bien —accedió incapaz de negarle algo a su protegido.

—¿Qué eres? —certero y directo.

ORION I: Guardián de estrellas ★ YoonminDonde viven las historias. Descúbrelo ahora