Capítulo 14 | La rosa de cristal
Lúthien caminaba de un lado a otro tratando de analizar la situación. Sobre su escritorio se encontraba extendido un mapa de todos los reinos mágicos que había logrado dominar. Caranthir y sus tropas cada vez avanzaban más rápido, saqueando pueblos enteros y provocando el caos que tanto había anhelado, al fin sus planes estaban tomando forma en medio de un tornado donde solo los reinos de Stella, Ara y Nix se mantenían firmes con su defensa.
Desde el último ataque a Stella, Lúthien no había podido acercarse nuevamente al reino lunar y es que sus pobladores lo habían ocultado bajo un poderoso hechizo de invisibilidad que era incapaz de detectar al menos que obtuviera ayuda de los elfos del sol, lo cual aún no creía posible que sucedería y es que el reino de Ara también había tomado medidas, protegiéndose bajo una cúpula de rayos de sol lo suficientemente calientes para que aquellos intrusos que osaran atravesarlo fueran calcinados inmediatamente.
Pero aun así no estaba dispuesta a perder la guerra, sus poderes crecían conforme más magia lograba absorber de otros. Se habían potenciado tanto que ahora era capaz de crear agujeros negros lo suficientemente demoledores para arrasar con un pueblo entero, y ese era su plan inicial por el que había iniciado su venganza.
Deseaba acabar con el reino de Nix, con aquellos que la habían desterrado hace un siglo atrás, elfos incapaces de ver que no era mala, que solo era una chica inexperta marginada por ser diferente, por ser una híbrido.
La habían lanzado al fondo del abismo, había sido rechazada en todo sentido. La reina quien era su madre no la había coronado como esperaba a pesar de ser su primera hija prefirió darle el reconocimiento a la hija legítima, su hermana.
La única persona en la que había confiado plenamente y de quien jamás pensó que clavaria una estaca de nieve en su corazón, que la traicionaría y le daría la espalda. Pero lo hizo, cedió ante sus verdaderos anhelos y mostró su verdadera cara, dejó de lado todos los momentos que habían compartido juntas, aquellas noches en las que se prometían que siempre estarían juntas y serían invencibles, se convertirían en las reinas más poderosas de todos los reinos.
Arwen le había mentido, la había traicionado y la había destrozado. Su hermana menor la lanzó al abismo de la miseria. Sin temor, sin remordimientos ni dudas.
Todavía recordaba vívidamente aquel día, el día en que fue exiliada del reino.
Flashback
—Hoy será un gran día —canturreaba con una desmesurada euforia Arwen. Lúthien sonrío suave y asintió.
—Sin duda —concordó sin saber realmente a lo que se refería su hermana.
—Recuerda Lu, siempre estaré a tu lado —le dijo mientras rodeaba sus hombros y sonreía sinceramente.
Lúthien le regresó la sonrisa y la abrazó de vuelta prometiendo lo mismo. Se separaron cuando entró su madre y las miro a ambas, a pesar de todo jamás había hecho diferencias explícitas entre las dos, las trataba con el mismo cariño y fingía que quería a Lúthien a pesar de todo hasta esa noche.
El reino se preparaba para celebrar la apertura a otros reinos, el reino de la nieve abriría sus puertas para aquellos visitantes de otros reinos que desearan visitarlos. O así fue como camuflaron la verdad que se escondía entre las mentiras.
Antes de entrar a la ceremonia Lúthien decidió darse una fugaz escapada a su montaña favorita, se sentó sobre el borde de esta disfrutando de su pequeño momento de libertad. Jamás le había temido a las alturas o al peligro, al contrario la hacían sentirse viva, adrenalínica, apasionada y feliz. Era su consuelo, había crecido en medio de una multitud que la miraba con desprecio, que la trataba con delicadeza y temor. Nadie nunca se acercaba, siempre mantenían su distancia y susurraban cosas hirientes sobre ella.
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ORION I: Guardián de estrellas ★ Yoonmin
Fanfiction«Dos almas entrelazadas por una leyenda». Un secreto provoco la colisión de sus mundos. Ocultos entre las sombras de la enorme Seúl habitan cientos de criaturas con habilidades excepcionales. La comunidad Orion resguarda a seres mágicos del otro la...