Su lunar, la marca de nacimiento, la única marca que podría diferenciar a dos gemelas tan parecidas en apariencia y tan diferentes en corazón.
•─: ∙:°:◦:∙•∙:◦:°:∙ :─•Capítulo XIV: Lunar
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Cuando llegamos al territorio humano, nadie pareció percatarse de nuestra aparición repentina. Era porque aun Lilith tenía en su poder el cristal negro que podía ocultarnos de la vista de curiosos.
Ascian había puesto mala cara en cuanto vio el cristal, pero en el fondo sabía que se sentía más cómodo sin ser observado. Pero algo había cambiado en su mirada, el ceño fruncido había desaparecido. Y... juraría que quería hasta darme un abrazo, pero se contuvo, Lilith solo sonreía de oreja a oreja.
No tardamos mucho en encontrar uno de los portales que llevaban a su isla.
Lilith me había dicho que eran portales, como cualquier otro, pero solo podían entrar aquellos que ya habían estado en la isla. Solo aquellos que habían estado en la isla de Ascian podrían notar el portal en medio del territorio humano.
― ¿Vas a decirme para qué has hurtado todo esto de la casa de Rebeka? ―había sido las primeras palabras que Ascian había dicho desde el momento en que cruzamos el segundo portal, señalando los libros― Cuando se entere va a enfurecer... ―dijo, estaba claro que se refería a Rebeka, me entró curiosidad por saber que tanto se conocían.
Si alguna vez habían sido... amigos. Si era así... tal vez él podría preguntarle algunas cosas por mí, tal vez si lo rogaba... no, claro que no, su respuesta iba a ser un rotundo: No.
Yo misma había visto el resentimiento en los ojos de Rebeka antes que los clavará en mí.
La furia escondida, como si verme habían despertado sus temores más escondidos. Mi regreso solo significaba una cosa para ella: destrucción.
Y tal vez así era, tal vez el mal vivía en mí, tal vez era algo que no podría impedir, tarde o temprano saldría a la luz, y es lo que más temía. Una parte de mí, una parte mínima no quería recordar nada... Quería empezar de cero.
―Cuando se entere, yo sabré todo el contenido que hay en esos libros, y ella no podrá hacer nada ―contestó Lilith, tomando la mitad de la pila de libros que Ascian cargaba. ― ¿son muy pesadas para ti, fortachón? ―se burló, y luego estalló en risas cuando un gruñido se le escapó a Ascian. Lilith sabía que el nunca la lastimaría, hiciese lo que hiciese. Por mi parte tuve que resistir la risa, él no se tomaría esas consideraciones conmigo. No cuando su ceño fruncido había vuelto a su bello rostro.
―Tú vendrás con nosotros ―la seriedad en la voz de Lilith hizo que cualquier diversión que sentía dentro desapareciera. Me sorprendió la facilidad con la que podía pasar de las risas a una seriedad abrumadora.
Por el tono de voz, estaba claro que no era algo que me estaba pidiendo, sino, exigiendo, una orden silenciosa. Debía volver con Nisha, informarla que estoy bien y pedirle disculpas.
―Es importante, Amara... no podré abrir estos libros sin tu ayuda... ―señaló los libros, apretados contra su vientre. Una pequeña sonrisa se le dibujó en los labios, una súplica amistosa.
Quizá Nisha podría esperar...
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El portal estaba en una especie de túnel, de hecho, parecía una roca gigante con una perforación justo en el centro, un lugar estratégico para ocultar un portal.
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BRUMAS (Inmortales I)
FantasíaDespués de haber estado dormida durante un gran tiempo y habiendo perdido totalmente la memoria, regresa a la vida, a un mundo donde todos, si pudiesen, la matarían. Solo unos pocos pretenderán protegerla, al menos sin intereses de por medio. Era...