Liz estaba con Patrick.
¿Qué carajo quería con ella? ¿No era suficiente lo que le había hecho a Ketlin?, de hecho, estoy seguro de que fue él.
No podía dejar las cosas así.
— Dalila, ¿te importa si saludo a algunos amigos? — le digo señalando la mesa.
— Por supuesto que no, Henry. — Habla y se levanta.
— ¡Vamos! — Nos dirigimos hacia su mesa.
Liz se sobresalta cuando nos acercamos.
— Patrick, ¡qué sorpresa! — Actúo sorprendido.
— Henry. — Se pone de pie y extiende su mano en forma de saludo. Le correspondo, sin gustarme mucho. — Esta es la señorita Navarro.
— ¡Un placer! — Finjo no conocerla y le extiendo la mano a modo de saludo. Ella hace una mueca de sorpresa, pero me devuelve el saludo.
— ¿Quién es esta hermosa doncella? — Pregunta él, señalando a Dalila.
— Disculpe mis modales. Esta doncella es Dalila.
— ¡Un placer! — Ella sonríe y los saluda. A Liz no parece gustarle, pero le devuelve el saludo.
— ¡Sí nos disculpan! — Hablo y jalo a Dalila para que podamos sentarnos en una mesa, que no esté ni muy cerca ni muy lejos.
***
La cena fue tranquila, noté que Liz me miraba todo el tiempo, cuando nuestras miradas se cruzaban, ella lo disimulaba.
Dalila siempre estuvo llamando mi atención, era algo interesante, si hubiese sido de antes, sería una follada cualquiera. Pero voy a usarla para molestar a Liz.
Liz se levanta y camina hacia el baño.
— ¡¿Dalila, me disculpas?! — Hablo señalando el baño.
— Claro que sí. — Noto que le está dando unas miradas a Patrick, no me
importa. Ella es solo sexo casual.El baño está en un mini corredor, las puertas masculina y femenina están enfrentadas.
Abro la puerta del baño de mujeres con cuidado.
Liz está con los ojos cerrados frente al fregadero, echándose agua en el cuello, entro con cuidado.
Ella nota mi presencia y abre los ojos, mirándome fijamente por unos segundos.
— ¿Desea algo, Sr. McNight? — Su mirada era de pura seducción.
— ¿Va me estabas esperando?
— ¿Sorprendido?
— ¡Un poco!
— ¿Me vas a decir lo que deseas? — Se da la vuelta, y camina lentamente hacia mí. Lleva un vestido rojo que dibuja muy bien su cuerpo, un escote, que con solo mirarlo me dan ganas de devorarle los pechos.
— ¿Es necesario? — Hay una pequeña distancia entre nosotros, ella me empuja contra la puerta y la cierra con llave.
¡¿Qué le está pasando a esta mujer?! Estoy disfrutando de esta seductora Liz.
Juntamos nuestros labios y finalmente nos besamos. No puedo explicar cómo es el beso, solo sé que es bueno, muy bueno. Ella mete la mano dentro de mi pantalón, tira de mi ropa interior y toma mi polla, comienza a acariciarla.
— ¡Liz! — Ella continúa.
— ¡Maldición! — Se queja cuando alguien llama a la puerta. — Solo un momento. — Mientras habla comienza a agacharse, solo entonces noto que se está quitando las bragas. — Agarra. — Me entrega sus bragas y me empuja hacia uno de los cubículos del baño.
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O Contrato
Romance"El Contrato" o en su idioma original (portugués) "O contrato" de Karyelle Kuhn En cuanto Liz Navarro Andrade cumplió los 18 años, tuvo que casarse con su tutor, ya que perdió a sus padres cuando sólo tenía 16 años en un accidente de avión. Su padre...