Capítulo 49

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Oh Henry, así me jodes, me jodes la psicología.

— Si no te has arrepentido ahora. — Ahora yo miro hacia la carretera. — No te arrepentirás después.

—Ya estoy arrepentido — Esta vez está de cara a mi.

— No lo parece. — Ya me lloran los ojos.

— Pero lo estoy. — Quiero confiar en él, pero no sé si debo hacerlo.

— Mira Henry, sólo dime la verdad.- Suspiró profundamente. — Si quieres que realmente crea tus palabras. Esa es la única manera de que no me pierdas.

No dice nada más, sólo parece perdido.

Al cabo de unos minutos llegamos a casa, él aparca y yo salgo delante, oigo sus pasos justo detrás de los míos.

En cuanto entró, Sandra viene a recibirme.

— ¿Cómo estás, mi niña?

— Estoy bien. — Suspiró profundamente.

— He hecho una lasaña para ti, ¿puedes comer ahora?

— Te dije que no me esperaras. — Le digo a Sandra.

— Estaba viendo películas con Petter. — Señala el sofá — Incluso está durmiendo.

— Muy bien entonces. — Le beso la frente.

— Mi niño. — Sandra se da cuenta de su presencia.

— Va a dormir aquí. — Mi voz resuena en seco, Sandra queda confusa. — En una habitación que no es mía. — Se lo
digo antes de que pregunte.

— Está bien, la habitación de al lado de la tuya está organizada. — Habla Sandra y va hacia él para abrazarlo.

— Gracias. — Le devuelve el abrazo.

Los dejo allí y me voy a la cocina, estaba enferma, pero necesitaba tomar algo que me hiciera olvidar todo y a todos, al
menos durante unas horas.

Voy directamente a la nevera y veo una botella de vino, la tomo y busco un vaso, esta noche está siendo muy agotadora.

Llenó dos vasos y bebo de un solo trago.

— ¿No has bebido demasiado ya? — Sólo entonces me doy cuenta de su presencia, se acerca a mí y me quita la botella la mano, mi cuerpo ya se eriza todo, respondiendo a su tacto.

— ¡No me jodas, Henry! — Digo esto y salgo de la cocina.

Vuelvo a la sala de estar.

— Vamos, Petter, levántate.

— ¡Vaya! Me dormí cuando no te vi venir. — dice Petter y sonríe.

— No hay problema, me voy a la cama, estoy muy cansada. — Le devuelvo la sonrisa — No hace falta que te quedes aquí mañana, aprovechen para salir y divertirse.

— No quiero dejarte sola, incluso si...

— No te preocupes Sandra. — No la dejo terminar de hablar. — Buenas noches. — La beso a ella y a Petter y subo.

Subo las escaleras y voy directamente a mi habitación, no cierro la puerta y me quito la ropa y voy directamente a la
ducha, me quedo allí disfrutando en el agua, estaba muy cansada.

Recuerdo el beso entre Henry y Ana, me pregunto si ella quería vengarse por culpa de Pedro, tengo que hablar con ella
pero tengo que esperar a que él vuelva de su viaje.

Tengo que relajarme.

Cuando termino de ducharme, me seco el pelo y me pongo una camisa blanca transparente, no estoy segura de
que vaya a aparecer, pero si lo hace, estaré preparada.

O ContratoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora