Hilos invisibles [2ho]

19. Pastelito.

Cundo despertó se dio cuenta de que Yunho no estaba a su lado, era algo extraño ya que el alto siempre solía despertar después que el. Estiró un poco su cuerpo y soltó un largo bostezo para así comenzar su día, al terminar de bañarse decidió desayunar un poco y la sorpresa que se llevo, al parecer su lindo novio se tomo la molestia de hacerle el desayuno antes de abandonarle en su casa. Gracioso y lindo. Era su pastel favorito el que adornaba la mesa, junto a una bebida de chocolate y sería un ser malo al no perdonarle y negar que eso había sido algo riquísimo, digo, un gesto lindo. 

Jongho comenzó a comer el delicioso pastel, perdiéndose un poco en sus pensamientos. Por algo Yunho no debería dejarle solo. 

Cuando solo era un niño solía preguntarle a su padre sobre el amor, amaba verlo junto a su madre y lo feliz que se veían. A pesar de ser una mierda con su hermano y el. Cuando lo agarraba de buenas, su mayor se reía con suavidad dejando un cálido beso en su mejilla y le decía que cuando llegase a enamorarse, el entendería y daría su propio significado. Y ahora, todas esas preguntas Jongho las podía responder gracias a su querido novio, Jeong Yunho. 

Sabía que nadie le mentía con la famosa historia de los hilos invisibles, pues no importó cuanto llegará a suceder, siempre ibas a terminar juntos de nuevo. Sí, quedo junto a Seonghwa y hizo lo que hizo con el, le avergonzaba verle a los ojos y estar con Yeosang, pero ahora ambos estaban felices. Cada uno encontró el inicio de su hilo. 

Jongho reviso su celular al notar que había terminado de comer, se percato que solo tenía un par de mensajes, uno de Yeosang pidiéndole ayuda para hacer un pastel y uno de Mingi diciéndole que le perdonara por robarse a su novio tan temprano, pero le necesitaba para la despedida... ¿despedida? 

Por otro lado, Mingi acababa de recibir un golpe en su cabeza, delicado, pero lo suficiente para dejarle un ardor en la zona afectada. Sabía que metió la pata al decirle a Jongho acerca de una despedida, sobre todo cuando estaba por pasar ciertas cosas horas más tardes. Yunho, Seonghwa, Lisa, Mingi y Wooyoung se encontraban caminando por la plazuela para ayudarle a su mejor amigo, el mismísimo Jeong Yunho, sí, el necesitaba ayuda porque quería lo mejor para su amado osito. 

—Ni que se fuera a acabar el mundo— comentó Mingi al notar las miradas desaprobatorias de sus acompañantes —, tal vez puede pensar que sea de Seonghwa, mía o de Lis. 

—Eres idiota, Song. 

 —¿Yo? Pero si tú, Yunho, y tú, Seonghwa... han compartido a Jongho como si nada. Par de idiotas. 

—¡Idiota!— gritaron ambos antes de tomar caminos diferentes. 

Ambos lo sabían y no se aguardaban ningún rencor, habían confundido todo y ahora no tenían de otra que aguantar las burlas de Song. 

Desde que llegó a la pastelería noto el movimiento que había, decidió rápidamente ir a la cocina, encontrándose con Yeosang y al parecer no se encontraba solo pues Rose, Hongjoong y su hermano, San, se encontraban ahí moviéndose ágilmente haciendo los pasteles que ingresaban al horno y esperaban a que la magia sucediera.  En cuanto se dieron cuenta de su presencia, dejaron de hacer todo lo que se encontraban haciendo para ponerle total atención, los hermanos se dieron un fuerte abrazo al verse y con el resto se dieron un beso en la mejilla de forma amistosa.

—Jongho, a ti te toca la tarea más difícil del día...— comentó Yeosang —Te toca hacer el pastel de la familia Jeong, es mmi manera de probarte. 

—¿Probarme?

—Normalmente cuando formas una relación, tus suegros buscan hacer unas pruebas para ver si eres lo suficiente para su hijo— fue el turno de Hongjoong para explicar —. Lamentablemente la señora Jeong no esta con nosotros, así que Yeosang a tomado su lugar y hará la prueba.

—Mi tía, lo sé muy bien, te hubiera dicho lo mismo. Hacer el pastel. 

Jongho sabía que eso era un gran peso, de solo pensarlo ya se había puesto nervioso y el no quería perder a su Yuyu, suspiro levemente mientras aceptaba el reto de hacer ese pastel. No era un pastel sencillo y eso lo tenía en claro. Le iba a costar demasiado. 

Comenzó a hacer la mezcla tal y como antes le se le había explicado, el chocolate y el resto de los ingredientes fueron agregados, el sudor resbalaba por sus mejillas al sentirse presionado, pues el reto dejo de hacer lo que debían para ponerle atención, sus manos temblaban un poco mientras seguía con la mezcla y sus labios eran mordidos al empezar a poner la mezcla en el molde. Para el, todo fue un éxito. Se había sentido como si hubiese operado a alguien, mucha presión. 

La noche llego y solo esperaba la respuesta de Yeosang, el pastel estaba listo para ser probado. Todos se habían reunido, aunque faltaba su Yunho, aún. Las felicitaciones tan esperadas llegaron y el pastel comenzó a ser repartido por los invitados que se encontraban en el local de la pastelería, que ya había cerrado. Hasta Jongho, quien fue el que hizo el pastel, le había tocado probarle, quedado sorprendido por lo deliciosos que estaba. 

Aunque no se la pasaban los nervios, todas las miradas estaban sobre el. Queriendo guardarle un poco de pastel a Yunho, comió lentamente la rebanada que se le había dado, ese pastelito era demasiado delicioso que siguió comiendo hasta que casi llegaba al final. Una mueca se hizo presente en su rostro al notar que había mordido algo demasiado duro, intentado que nadie se percatara de lo que iba a hacer, lentamente saco eso tan duro de su boca, abriendo los ojos tanto como se le era permitido, era un anillo y no una anillo cualquiera. 

Un anillo de compromiso. 

Miro a sus acompañantes, no sabía como reaccionar, sentía que se iba a desmayar y por un momento olvido como se respiraba cuando... Yunho se empezó a arrodillar frente el, tomando su mano. 

—Choi Jongho, ¿quieres casarte conmigo?

Miro a su alrededor, todos le animaban a que le diera el si. 

¿Si o no?