Capítulo 17

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No entendía por qué Benjamín se había molestado o desconfiaba de mi sobre Román.

Ya le dije que no sentía nada ni he tenido nada con él.

No dejaré que Benjamín decida lo que yo quiera hacer o no.

Yo soy libre y puedo hacer lo que quiera, siempre respetando mi pareja pero puedo hacer lo que quiera.

******

Andaba por el pasillo de la universidad para dirigirme a la biblioteca por qué a siguiente hora tenía clase y me la iba a saltar.

En ese momento me encontré a Naomi y la saludaba con la mano con una media sonrisa pero ella simplemente me ignoró.

Paso por delante de mí y en ese momento me giré, dije su nombre en voz alta y ella se giraba con indignación.

-Eh, te he saludado.-dije.-

-¿Tu crees que me importa?-

Me cruzaba de brazos molesta por su forma de hablarme.

-¿Pero que te pasa?-dije indignada a su actitud.-

-¿Que que me pasa? Que estoy harta de que me dejes tirada.-

-¿Que yo te he dejado tirada? ¿Cuándo?-

-Este fin de semana, habíamos quedado para ir de compras y pasar tiempo juntas.-

-¿De verdad que sigues enfadada por eso?-

Naomi asintió molesta.

-¿Acaso no sabes hacer las cosas tú sola? ¿Siempre tengo que quedar contigo para cualquier cosa?-

-¿Cómo?-

-Lo que oyes, Naomi, parece que dependes de mi y para todo, y yo también tengo una vida, ¿sabes?-

Naomi dejaba su boca abierta mientras se señaló así misma.

-¿Eso piensas? ¿Que dependo de ti?-

-Si.-

-Pues ahora mismo he descubierto que querer pasar tiempo con mi mejor amiga es dependencia.-

Le quería contestar pero ella me interrumpía.

-¿Sabes que? Mejor que no nos volvamos hablar.-dijo, mirándome de malas formas por última vez y se iba dejándome sola en el pasillo.-

Comencé a negar indignada ante su comportamiento tan infantil que estaba teniendo conmigo pero decidí ignorarla y seguir hacia la biblioteca.

<< ... >>

Me quedé sola almorzando en el campus, aún seguía molesta por la actitud de Naomi.

Yo no entendía por qué se estaba comportando así, pero Benjamín tenía razón, Naomi dependía mucho de mí para cualquier cosa y yo tenía también mi propia vida.

Tenía a mi familia, mis estudios, a mi novio...

Pero ahora me sentía sola sin ella.

Suspiraba tomando de aquella ensalada que estaba comiendo y de repente se me acercó Román.

Se sentó a mi lado en el césped con una sonrisa amplia mientras se me quedaba mirándome fijamente.

Le miré sintiéndome incómoda por su forma de mirarme tan.. tan perturbadora pero decidí no mostrar incomodidad.

-¿Cómo estás, Martha? ¿Por qué estás comiendo sola?-

Suspiré dejando de comer, y tenía el tenedor dentro del tupper.

¿Puede amar un monstruo?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora