Capítulo 42

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No sé cómo había pasado pero me había quedado en ese espeluznante sótano, cuando abría mis ojos aún estaba a oscuras pero mantenía mis ojos abiertos.

-¿Velázquez? ¿Está despierto?-pregunté de una forma débil como si estuviera un poco mareada por falta de comida y por los golpes recibido anteriormente.-

-Si.-respondió rápidamente a mi pregunta.- Te he estado llamando pero parecías que quedaste dormida.-

-Si.. me quedé dormida.-dije.- Señor Velázquez.. cuando usted llegó aquí..
¿A qué hora era?-

-Eran las doce y media de la noche.-

-Entonces.. creo que la policía vendrá si estamos desaparecidos cuarenta y ocho horas.-

Pero ahora que recuerdo le advertí a Naomi que si no volvía el Domingo por la tarde que avisará a mis padres en caso de emergencia.

-¿Le contaste a alguien que venías aquí?-preguntó.-

-A dos amigas pero les dije que me iba de escapada.. solo avisarán si no vuelvo está tarde.-

El señor Velázquez se quedó callado por minutos hasta que volvió hablar.

-Siento haberte fallado, Martha.-dijo de manera sincera.- Ojalá que haya parado de llover y estén en camino.-

Ojalá... pensé.

Benjamín de repente abría la puerta del sótano, encendía la luz y observé que se había cambiado de ropa.

Se había puesto una camiseta blanca junto una chaqueta de cuero y unos pantalones apretados vaqueros de color azul oscuro juntos unas deportivas marca Nike de color negra también.

Él dio una palmada con sus manos de forma emocionada y luego extendió sus brazos sonriente.

-¡Buenos días a mis invitados!-dijo emocionado mientras bajó las escaleras rápidamente sin antes no cerrar la puerta y finalmente estaba abajo con nosotros.- ¿Habéis dormido bien?-

También me fijé que se había puesto los mismos guantes para cometer algún crimen.

Nos quedamos callados ante su pregunta pero él se nos quedó mirando confuso a nuestra reacción.

-Que poco animados estáis..-dijo siendo irónico con nosotros pero mantenía su sonrisa.- Os entiendo, ya son casi las siete de la mañana y aún es muy temprano pero eso se va arreglar pronto.-

Él sacaba el cuchillo que tenía escondido detrás de su pantalón y lo mostraba.

-Ya hice las maletas para irme a otro país, tengo que cambiar de identidad, cambiar el color de mi pelo.. tal vez esta vez me lo ponga rojizo.-dejó su boca abierta como si se le ocurriera una idea y seguía sonriendo.- ¡O azul! Ahora se lleva mucho teñirse de colores, ¿Tu que piensas Martha?-

Seguía en silencio con los ojos entre cerrados sin querer escuchar nada de nada lo que decía.

-Esta mañana no estás muy habladora, vaya.-dijo de forma irónica y luego hizo una mueca pero no le tomo importancia.- Pues empecemos con el agente Velázquez.-dijo, dirigiéndose hacia a él para matarlo pero yo le detenía.-

-Ni se te ocurra tocarle.-dije sacando mis únicas fuerzas y valentía que tenía.-

Benjamín se detenía, y le escuché de suspirar con fastidio, de repente venía hacia a mí colocándose en frente de mí.

-¿Tu me vas a dar órdenes a mi?-dijo señalándose con el cuchillo.-

-Te vuelvo a repetir que no le toques.-

¿Puede amar un monstruo?Donde viven las historias. Descúbrelo ahora