Emma miraba por la ventana, asustada. Su madre de seguro estaba cerca de llegar, y tendría que explicarle lo que había pasado. No le mentiría, le diría la verdad, el problema es que Dennis había hecho todo lo posible para parecer la víctima de todo esto, cuando él mismo había comenzado la pelea que había terminado en algo grave.
Unos de sus compañeros, y parte del séquito del demonio rubio, había salido con una pierna rota. Si, así como veían.
Al principio se 'suponía' que estaban 'jugando' a la pelota con sus compañeros, y solo querían que ella se 'uniera' a ellos, pero muy bien sabía que lo único que querían era molestarla. Y ella, en defensa, trepó a la casa del árbol del patio de juegos de la escuela, para alejarse de ellos.
Primer error, Dennis desde abajo, con una sonrisa de autosuficiencia y arrogancia y sin mover un dedo, veía a su secuaces intentar de alcanzar a Emma para bajarla de ahí, el mocoso más cercano y que trepaba por las escaleras clavadas en el tronco grueso del árbol había extendido una de sus manos para tomar el pie de la ojiazul y lograr su objetivo, y casi lo logra, si no fuera por qué su pie derecho se resbaló y como consecuencia perdiendo el equilibrio y causando que sus otros camaradas también lo hicieran.
Así terminando en una pila de niños, todos, incluído Dennis, que había terminado bajo todos, pero por fortuna o desgracia para Emma, solo había salido con rasguños en su 'inmaculado' rostro, igual que los demás. En cambio, el niño que había perdido el equilibrio no había tenido tanta suerte.
Si caída que había sido desde lo más alto -dos metros de altura- había terminado en una fractura en su pierna derecha. El gran chillido que había pegado éste, atrajo la atención de los demás niños y de las maestras cercanas, entre ellas la señorita Melodie.
Cuando la maestra más joven llegó, suspiró ante tal escenario, pero más sorprendida quedó al ver a la niña que tanto cariño le había tomado, en medio del desastre. No tuvo más opción que realizar su trabajo como maestra y llamar a su madre-se encargó de ser ella, porque era la que con más tacto lo tomaría, y porque estaba segura que había una explicación viable entre todo esto-.
Y así es como llegaron a este momento, media hora después del incidente, esperando a qué su madre arribara. Solo esperaba que no estuviera molesta.
Sus pensamientos fueron interrumpidos cuando su maestra favorita, la señorita Melodie llegó donde ella y la tomó por el hombro, haciéndola sobresaltar un poco.
-Nena, tu madre ya está aquí-le habló suavemente, pero sabiendo que había llegado la hora de enfrentar todo esto.
Emma comenzó a temblar, no le temía a su madre, sabía que ella era incapaz de lastimarla físicamente; primero hablarían sobre lo sucedido y ella se lo explicaría todo y la mayor tomaría cartas en el asunto. Lo que la tenía llena de pánico era que las madres y padres de los demás también estaban ahí y la señalarían como la culpable de todo.
Pero más la madre de Dennis; la había visto llegar hecha una furia y despocritando que su hijo era un ángel y que era incapaz de hacer tales cosas. Si Emma hablara sobre todas las intimidaciones que el pequeño rubio le había hecho, no diría lo mismo o no le importaría. Sobretodo sabiendo que ambos eran parte de la alta sociedad.
Emma salió de su pensamiento, y se dejó llevar por la mujer castaña. Sus pasos eran lentos y cortos, como si así lograra alargar lo que estaba a punto de venir.
-No tienes que temer pequeña, si dices la verdad todo saldrá bien.
Esas fueron las últimas palabras de la maestra cuando al fin llegaron dónde Marinette, que parecía a punto de arrancar cada ladrillo de ese lugar hasta llegar a su hija. Pero su impaciencia y angustia se disipó un poco cuando vio a su niña correr hacia ella.
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ʟɪᴛᴛʟᴇ_ᴇᴍᴍᴀ_|| ADRINETTE_AU_||
Любовные романыUn padre es aquel que comparte la sangre con su hijo, eso es lo que dicen. Pero él demostrará que no hace falta que esa niña comparta su sangre para demostrar que puede ser uno para ella; a pesar que la madre no permita su cercanía debido a tantas d...