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Marinette pagó a la cajera su pedido de batidos -una grande y uno Junior para su hija- y le agradeció a la mujer luego de tomar ambas bebidas. Ella misma debía asegurarse de que la bebida de su hija tuviera el hielo suficiente, ni más ni menos, no quería que luego se enfermara.

Caminaba con su vista puesta en la mesa que compartía con sus amigas en la cafetería, pero su mente se encontraba en otro mundo desde ayer. Aunque quisiera concentrarse en las cosas que debía hacer, le era imposible no pensar en la conversación del día anterior.

Cada que recordaba ese momento, sus mejillas se tornaban rojas por las palabras de Adrien, aún no podía creer que haya aceptado tener una cita con él; y como él había dicho, era absurdo pensar que esta sería su primera cita cuando ya se habían adelantado varias cosas.

Sonrió ante ese pensamiento.

Sacudió su cabeza para volver a la realidad y terminó de llegar a la mesa donde estaban Kagami y Alya junto con Emma.

Puso ambas bebidas en la mesa y se volvió hacia su hija, acercándole su vaso.

—Emma aquí tienes, chocolate con crema batida y chispas de chocolate extra—le dijo mientras reía ante el brillo que mostraban los ojos de la niña.

—¡Sí! —exclamó ella y comenzó a tomar de la pajilla de plástico mientras seguía viendo sus dibujos en el celular de su madre.

Marinette se sentó a la par de la niña y tomó de su bebida; Alya carraspeó un momento después atrayendo su atención, la ojiazul volteó y miró al frente, que era donde estaba la morena junto con su prima.

—Entonces ¿Algo nuevo que comentar? —preguntó la de lentes mientras comía del pastel de fresas que pidió—Yo comienzo—se señaló a sí misma—Nino y yo nos iremos de crucero las próximas vacaciones.

Ambas azabaches mayores se vieron la una a la otra, alzando una ceja no creyendo que Alya tuviera el suficiente dinero para pagar un crucero como vacaciones. No es que su trabajo le pagara mal, pero necesitaría bastante tiempo ahorrando para pagar uno.

—¿Qué sucede? Su cara se ven raras—comentó alzando una ceja.

—Bueno...—Marinette comenzó, sin embargo, no tenía las palabras adecuadas para decirle.

—Creemos que ir de vacaciones en un crucero es mucho dinero—Kagami salió con sus palabras, directa y honesta como siempre.

—Lo sé, Nino fue el de la idea—estuvo de acuerdo con ambas y asintió mientras comía otro trozo de su pastel—A mí me sorprendió también—agregó luego de masticar y tragar su postre.

Las dos azabaches de nuevo se vieron entre ellas, para posteriormente mirara a su amiga con el ceño en alto y sus bocas abiertas por la incredulidad. ¿Nino había sido el de la idea? Eso era nuevo. No es que desconfiaran de las palabras de Alya, pero se sorprendían de que su novio tuviera esos detalles con ella. Incluso al principio pensaron que no durarían una semana juntos, pero no ya tenían bastante saliendo.

Lo que si las seguía sorprendiendo es que el moreno fuera el que tomara la iniciativa.

Alya las vio a las dos con el ceño fruncido—¿Por qué me siento ofendida?

Kagami salió de su ensoñación y Marinette negó con su cabeza y sacudía sus manos frente a ella para calmar a su amiga.

—Nada, nada. Nos alegra mucho por ti, pero...

—¿De dónde sacaran el dinero? —interrumpió seria su prima.

—Parece que en su último show en una fiesta importante le fue bastante bien y recibió una buena paga—explicó sus dudas.

ʟɪᴛᴛʟᴇ_ᴇᴍᴍᴀ_|| ADRINETTE_AU_||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora