Lo que quisiera

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Estaban sus padres, las bebidas a medio tomar y yo con un innegable nerviosismo. Muchas cosas pasaban sobre mi cabeza no tenía ni la más mínima idea de cuales podrían ser sus palabras.

El padre de Sana habló.

—Sabemos quién eres en la vida de nuestra hija y tengo un par de cosas que decir—Tomé un sorbo de café como si eso fuera a aliviar mi corazón acelerado en preocupación.

—Nunca habíamos visto a nuestra hija tan feliz con alguien, cuando le llamas o le escribes se forma una sonrisa genuina en su rostro y cuando no lo haces pasa todo lo contrario hay una tristeza muy profunda en sus ojos...—La madre de Sana habló con mucha seriedad, cosa que me dio un escalofrío y sus palabras sobre su tristeza me hicieron eco en la cabeza.

—Tienes el corazón de mi hija en tu mano y nos preocupa muchísimo lo que puedas hacer con el, entonces queremos saber ¿Cuáles son tus intenciones?.

Me quedé en blanco cuando él preguntó eso, en serio que es una pregunta difícil de responder.

—Yo no lo sé con certeza, todo es muy incierto, ojalá fuera tan fácil como decir que quiero casarme con ella, pero el mundo no funciona así—expresé con tristeza y un par de sentimientos encontrados que había intentado evadir.

—Para alguien que quisiera casarse con mi hija eres bastante distante, tuvo que romperse 2 costillas para que vinieras a verla—Mi corazón se quebró un poco con sus palabras, él tenía razón, no había sido una buena novia en estos 11 meses que llevaba saliendo con ella.

—Se ve que le quieres eso no lo dudo, por lo menos yo no, pero nosotros decidimos el mundo en el que vivimos y si en tu mundo Sana es algo para después deberías de decirle por qué para ella eres lo primero —Tragué grueso para no llorar.

—Perdón, tienen razón, actuaré con más madurez y tomaré un par de decisiones que había estado intentando dejar para después... Quizá les suene a mentira, pero su hija es la persona que más quiero y tengo mucho miedo de lo que eso significa para mí—baje mi rostro porque mis ojos se pusieron vidriosos.

Tuve que regresar a Corea sin ver a Sana despierta de lo contrario tendría que pagar una multa enorme por cancelar mis compromisos. Mi manager me recibió en el aeropuerto y cuando la abrace solo podía llorar.

Me senté a hablar con mi manager un tiempo después y le conté todo, ella al final de mi historia, me sonrió.

—¿Entonces cancelaras tu contrato? ¿Es eso lo que quieres? La multa es muy alta, pero creo que podemos hacer algo—dijo ella al tomar mis manos.

Mi contrato para 4 años estaba por llegar a tan solo un año, reducimos el tiempo a tan solo 2 años y para evitar pagar una multa demasiado alta llegamos al acuerdo de que toda mi música sería de ellos al igual que las ganancias después de terminar el contrato.

No le dije nada a Sana, ella me hubiera detenido. Mientras estuvo en el hospital fui a verla cada que podía. Era muy cansado, pero ver su sonrisa cada vez que llegaba a su habitación era lo mejor que me pasaba en la semana.

Después de que ella se recuperó del todo pensé que podría regalarle algo especial, así que fui a un refugio para animales para escoger una mascota para ella y darle eso de regalo. Después de mi búsqueda para mi sorpresa había alguien en el lobby del hotel buscándome.

—Hola—dijo ella con esa bella sonrisa que solo me dedicaba a mí.

La abracé sin dudar y sin ser prudente, olía tan bien como siempre y me sentí inmensamente feliz de tenerla cerca, el hecho de tan solo verla podía hacer que mi día fuera completamente feliz.

—Tengo trabajo en corea y me preguntaba ¿Puedo quedarme contigo?—"Si quieres quédate a vivir pensé"

—Me ofendería si no lo hicieras—ella me abrazo de nuevo y beso mi mejilla, mientras la tenía entre mis brazos alcancé a ver un fotógrafo, solo la estaba abrazando ¿Qué podría salir mal de eso?

Después y para siempreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora