—Nayeon... ¿Qué haces aquí?—sus palabras se notaban cansadas.
—Vine a verte... quería saber cómo estabas—tomé su mano.
—Pensé que no me habías perdonado—dijo ella al tocar mi rostro.
—No hablemos de eso—en serio no quería hacer eso.
—Pronto solo seré un fantasma hija, di lo que tengas que decir—dijo ella.
—No importa lo mucho que me hayas hecho daño, siempre te querré por lo que eres, no eres solo la mujer que me rechazó, también fuiste quien me enseño a caminar, un poco a cocinar, a atarme los zapatos, esa parte que me diste de ti viene conmigo a todos lados solo decidí alejarme para estar más en paz, pero, eso no cambia lo que alguna vez fuimos y que aún te quiero—dije con un nudo en la garganta.
—Lo sé y hay una parte de mí que se siente muy triste de como todo termino—dijo ella.
—¿Termino? Aún no ha terminado mamá—apreté su mano.
—No te confundas, yo sé que hice lo correcto—sus palabras fueron hirientes como siempre.
—Yo también hice lo correcto, mamá, lo correcto es subjetivo. No tenemos que estar de acuerdo para estar en paz—llevaba pensándolo un tiempo.
—No puedo verte con la mujer que destruyó nuestra relación—sus palabras secas y contundentes me hacían querer salir corriendo.
—Déjame demostrarte que no somos los monstruos que crees, dame el beneficio de la duda, no te lo está pidiendo cualquiera, te lo está pidiendo tu hija—mis palabras parecieron ponerla pensativa.
—Buenas noches Nayeon—Ella volteó su cabeza para no verme.
Llamé a Sana cuando salí del Hospital y cuando escuché su voz con solo eso lágrimas corrieron por mi rostro.
—¿Amor? ¿Qué pasa? Voy de inmediato—Ella viajó conmigo a Corea, del hotel donde nos hospedábamos, manejó al hospital y cuando nos vimos y me tomó entre sus brazos me sentí tranquila.
No dijo nada, solo me abrazó con fuerza. Le platiqué lo sucedido y ella me acompaño al hospital los días siguientes hasta que mi madre se puso mejor.
—Hoy te dan de alta, voy a ayudarte a guardar algunas cosas en tu maleta—comencé a doblar la ropa.
—Nayeon... La mujer que siempre esta sentada afuera ¿Es tu esposa?—preguntó curiosa.
—Sí, ella me ha a acompañada todos estos días—dije un poco sorprendida de que preguntara tal cosa.
—Ella te espera pacientemente todos los días, te trae agua y tus comidas mientras me cuidas, actúa como tu esposa, se toma muy en serio lo que dice ser ¿Eres tu el hombre de la relación?—dijo ella mientras miraba a Sana por la puerta que el día de hoy estaba abierta.
—Bueno, es mi esposa y está preocupada por ti y por mí. Ella cree que tú y yo deberíamos de arreglar las cosas y no soy el hombre de la relación, soy la otra esposa del matrimonio. Sana y yo no somos ese tipo de parejas con un rol establecido—suspiré con aquellas palabras.
Mi hermana y yo estábamos muy felices de que nuestra madre estuviera mejor. Me sentía muy cansada y al llegar al hotel me fui a dormir rápidamente y me desperté al escuchar a Sana en el baño vomitar.
—¿Estás bien?—pregunté al ayudarle recogiendo su cabello.
—Sí, estos días he tenido varias náuseas—ella dijo aquello resignada.
—¿Quieres ir al doctor?—dije después de llevarla a la cama y arroparla.
—Buenas noches, amor—dijo ella quedándose profundamente dormida sin contestar mi pregunta.
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Después y para siempre
FanfictionSana y Nayeon tienen una relación deteriorada por el tiempo y los malos entendidos sin embargo Nayeon después de tanto pensar se decide por hacerle frente a su culpa y dar un giro de 360 grados en su relación con Sana inclusive si eso significa arr...