Mis suegros

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Escuché la voz de mi novia cuando contesté el teléfono mientras me maquillaba, mi día tedioso dejo de serlo justo cuando la escuché, no sé que hace conmigo que siempre que hay una parte pequeña de ella en mi presente me siento simplemente feliz.

Sana se quedó en silencio un momento, ella podría decirme cualquier cosa y aun así parecía sentirse un poco apenada en la llamada.

—Mis padres quieren verte antes de irme a vivir contigo ¿Crees que podrías venir un par de días?

Me quedé en blanco sabía que yo no era de su total agrado y eso me da ansiedad.

—¿Nayeon?—Su voz se escuchó decepcionada como si ella estuviera segura ante la negativa que tenía por este encuentro.

—Bueno... Estoy a punto de robarles a su única hija creo que es lo menos que puedo hacer—dije queriendo sonar segura, pero al mismo tiempo estaba que me moría por dentro

—Y quiero decirte otra cosa ¡Te estoy vigilando!—dijo ella con un puchero notable

—¿Qué significa eso?—pregunté un poco divertida

—Hipotéticamente digamos que si yo te dijera que... no me agrada que vayas al concierto de tu idol femenina favorita y te tomes una foto con ella. ¿Qué harías?

—Me tomaría otra porque es lindo que éste celosa—dije juguetona

—No te atrevas Im Nayeon—expresó ella con un enojo que me pareció divertido, una sonrisa estaba dibujada en mi rostro olvidando que debía de ver a mis suegros

Una semana después de aquella llamada me encontraba con Momo de camino a Japón me levanté pálida llena de inseguridades, con algo de náuseas, algo de miedo y unas inmensas ganas de ver a Sana.

Nos sentamos en el avión y lo primero que dijo Momo solo me dio más miedo.

—Estás nerviosa—dijo Momo en tono de burla mientras me miraba

—Sí, no soy del agrado de mis suegros—dije al tomar un poco de agua

—Deberías de—dijo ella con una sonrisa sospechosa

—¿Qué? ¿Por qué? ¿Sana te dijo algo?—dije inmensamente preocupada

Ella se colocó sus audífonos y comenzó a cantar fuerte ignorando mis preguntas desesperadas, en ese momento la odié.

En el camino olvidé un poco todo ese drama y me dediqué a simplemente pensar en la bonita sonrisa que me estaría esperando al llegar al aeropuerto y así fue Momo se despidió rápido de mí porqué ya la estaba esperando su familia, yo espere un par de minutos más. Repentinamente unas manos pequeñas cubrían mi rostro con toda la intención de jugar un poco.

—¿Quién soy?—dijo ella juguetona con una voz fingida

—No lo sé... tal vez... tal vez... ¿Mi novia?—dije al darme la vuelta y fundirme en un abrazo con ella

Sentí alivio al ver que éramos solo ella y yo en este momento, ya que sus padres esperarían en casa. Ella besó mi mejilla y me sentí como en casa.

Sana manejó camino a su casa, cantamos, bailamos un poco en el auto, en los semáforos nos dábamos cariño todo era lindo hasta que Sana aparcó frente a su casa, el miedo volvió y la abracé sin explicación alguna.

—Todo estará bien, ellos no buscan hacerte daño—dijo al acariciar mi cabello

—¿No? Pero he sido una mala novia—tomé sus manos y me sentí triste mientras decía aquellas palabras

—Nayeon, ambas nos equivocamos, pero seguimos juntas por algo, así que no te preocupes—dijo al darme un beso en la frente y bajar del carro

Tocamos la puerta y sentí como mis manos sudaban con el inmenso miedo que sentía de fallarle a mis suegros de nuevo. La mamá de Sana abrió la puerta y una sonrisa se formó cuando nos vio, no sé si me sonríe a mí o al hecho de que Sana sostenía mi brazo con mucho cariño.

Fue raro sentirme bienvenida después de aquella plática en el hospital, ellos fueron amables conmigo durante la cena me preguntaron sobre mi carrera y me felicitaron por mis logros todo iba bien, pero sabía que había algo que no me estaban diciendo.

—Entonces... ¿Van a vivir en corea?—dijo el padre de Sana mientras disfrutaba el postre

—Sí... Aún tengo algunas actividades ahí—dije un poco nerviosa

—No me gusta la idea de que te lleves a mi hija—dijo mi suegro

No le deseo a nadie en el mundo lo que sentí cuando él fue tan directo conmigo. La risa de mi suegro salió cuando me puse pálida.

—No tengas miedo... ¿Por qué estás asustada? Mientras hagas feliz a mi hija no tienes de que preocuparte

—Lo que mi esposo quiere decir Nayeon es que sabemos lo muy difícil que puede ser empezar a vivir con tu pareja, y según lo que hemos hablado con Sana en Corea tu familia no las apoya, así que nos gustaría que reconsideren si Corea es el mejor lugar para empezar

—Ya les dije que no se preocupen estaremos bien—dijo Sana al poner su mano sobre la mía

—Solo no se olviden de visitarnos siempre que puedan, esta navidad no duden en venir—dijo la madre de Sana con una sonrisa cálida que le dedico a su hija

Una parte de mí estaba enternecida y feliz por Sana, mi otra mitad estaba triste de saber que yo no tenía esa bonita relación con mis padres, me tragué mis tristezas y simplemente seguí disfrutando de la cena.

Después y para siempreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora