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Años después.
Las comunidades no eran lo mismo, Maggie era la líder de Hiltop, Carl el de Alexandria. El reino había sido incendiado por los susurradores quienes habían asesinado a Henry, Tara y la muerte mas dolorosa para Carl, Alex, había muerto sacrificando su vida para salvar a Enid.
Enid se sentía culpable por la muerte de Alex, pero Oliver la hizo sentir un poco mejor, a pesar de están devastado.
La razón del acto de Alex, fue porque Enid está esperando un bebé de Carl, hace aproximadamente seis meses, Enid se sentía mareada y vomito un par de veces así que fue a ver a Siddiq y les dio la noticia. Ambos habían acordado que si era niño, le pondrían Alex y si por lo contrario era niña, le podrían Olivia.
Sobre Olivia, los únicos recuerdos que tienen Carl y Rosita de ella son unas fotos de los hermanos hace muchos años, cuando ellos eran unos niños, el collar con el corazón que le había dado Glenn y el anillo que le dio antes de morir a Rosita. Tanto como su voz, risa y hasta casi la apariencia física se habían borrado de la memoria de todos.
Rosita no había rehecho su vida amorosa y tampoco tenía ganas de hacerlo, se sentía cómoda solo con su hijo, Bruno. El cual ahora tiene al rededor de quince años, y está aprendiendo sobre medicina con Siddiq. Al igual que todos, el ya había olvidado muchas cosas de su mamá, Olivia.
Judith siempre se preguntó sobre cómo era su hermana los últimos momentos a de vida ya que en las fotos tenía la edad de unos siete años y no recordaba nada sobre ella.
—¡Mamá!
Bruno gritaba repetidas veces mientras corría bajando las escaleras pero este resbaló y cayó al suelo, Carl y Rosita llegaron corriendo al lugar para encontrarse con el chico tirado en el suelo.
—Creo que te caíste.— Rosita se burló.
—No me digas.
Bruno se puso de pie mientras sacudía su ropa, al estar completamente de pie, puso su mano en su nariz.
—Aterrice con el rostro.— volvió a hablar.
Carl tuvo un pequeño deja vu.
—¿Por que corrías?
—¡Pude sacarme sangre!— el mostró una pequeña bolsa con un poco de sangre en ella, muy emocionado.
—¿Que te he dicho de hacer esas cosas si no está Siddiq?
—Si, lo recuerdo pero mamá, ¡No me desmaye!
Carl reprimió la carcajada.
—Felicidades.— su tío le dio una palmadita en la espalda y volvió a la cocina en donde su novia estaba preparando la comida.
—¿No se desmayó?
—Nope.— el continuó poniendo los cubiertos en la mesa.
Carl sabía que a Olivia le hubiese encantado estar ahí para cuando su hijo logre ese tipo de cosas, pero también sabía que siempre estaba con ellos, aún que no sea físicamente.
