- Yawn... - bostezó tímidamente la pelirrosa mientras volvía a despertarse. Se sentía extremadamente desorientada y le costaba recordar lo que había pasado con claridad. Poco a poco se fue reincorporando y se dio cuenta de que volvía a estar en la enfermería del principio. Colocó sus manos a ambos lados de su cabeza e intentó recordar lo que había pasado hasta que por fin dio con ello. Había ido con Leona y Jamil a hacer una especie de prueba y, después de luchar, acabaron desmayándose.
Inconscientemente levantó sus temblorosos brazos y los encontró cubiertos casi por completo por tinta, manchando las vendas que llevaba, junto a una intravenosa con suero enganchada a su extremidad. Decidió descansar momentáneamente la cabeza sobre su mano pero la notó extraña, ¿fría? le faltaba algo y no tardó demasiado en darse cuenta de lo que era.
El señor abrazos, no estaba. Bueno, nunca estuvo con ella desde que llegó a ese lugar, pero debido al estrés de la situación nunca llegó a pensar en él. En ese momento comenzó a preocuparse más. Había dejado a su fiel amigo en los precarios restos de su dormitorio, a merced de que pudiera ser aplastado por cualquiera clase de escombro. Aunque, bueno, quizás alguien le había rescatado y se estaba encargando de él hasta que ella regresara... si lo hacía. El señor abrazos era fuerte y seguro que sí estuviera allí, la diría que no sé desanimara y que siguiera adelante.
Y con ese pensamiento tan alentador en su cabeza, decidió levantarse de su lecho e investigar lo que había por allí. Tuvo que apoyarse en su gotero para no caerse pues tenía las piernas totalmente entumecidas, tardó demasiado, pero por fin pudo despertar a sus extremidades inferiores y comenzar a avanzar por la estancia.
Aparentemente no había nadie allí, lo cuál la extraño y provocó un extraño sentimiento en su interior ¿inseguridad? ¿vulnerabilidad? No le gustaba aquello, así que decidió abrir la puerta de la habitación, pero entonces por los altavoces sonó una voz robótica.
- A las 1 3 : 0 0, comenzarán las pruebas en los sujetos de prueba ROS-859A y SUS-3320B, actualmente descongelando las jaulas de los phantoms correspondientes - anunció aquella voz a través de megafonía - para garantizar por completo la seguridad del personal, todas las puertas de las instalaciones se cerrarán hasta que se acabe la prueba. Quiénes estén en tránsito por las instalaciones, por favor regresen rápidamente al área de la que estén a cargo - y ahí acabo la transmisión. Todo se quedó en silencio por unos segundos hasta que Inku al final se dio cuenta de su situación.
Estaba sola y encerrada en una habitación, sin que nadie pudiera llegar a ella y con dos seres peligrosos deambulando por algún lugar. Lo primero que vino a su cabeza fueron las palabras de los hermanos Shroud sobre los aparatos cercanos a las puertas.
- ¿H-Hola? ¿H-Hay alguien ahí? - preguntó con un hilo de voz mientras apretaba el botón del aparato. Esperó un par de segundos, con la esperanza de que alguien contestara, pero no fue así; el silencio y la soledad comenzaban a agobiarla y entonces en su cabeza surgió otro problema; la liberación de los peligrosos sujetos de prueba.
Decidió, entonces, bloquear la puerta. A pesar de que ya estuviera cerrada, colocó un par de sillas ante ésta a modo de barricada. Sabía que no serviría de mucho, pero no podía pensar con demasiada claridad y se veía incapaz de mover una estantería y tenía miedo de que algo pudiera irrumpir en el lugar, así que lo único que se le ocurrió fue poner varios muebles no muy pesados para obstaculizar la entrada.
Tras asegurar la puerta, decidió seguir explorando el lugar para ver si encontraba algo interesante; especialmente comida, pues su estómago llevaba rugiendo desde que había despertado. Lo único que encontró fue un paquete a medio comer de galletas de chocolate y; a pesar de que no era suyo, necesitaba comer algo ya, así que pidió perdón mentalmente al dueño de las galletas para después comenzar a devorarlas.
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La dama de las sombras 2//Twisted Wonderland//
Fanfic¿A dónde vamos? - preguntó nerviosa la pequeña de cabellos rosas con las manos sobre las rodillas. - Lejos de allí - contestó el moreno sin apartar la mirada de la carretera, todo se quedó en silencio por unos segundos - siento haberlo arruinado tod...