Capítulo 28

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- Parece que la lanza relámpago ya está totalmente cargada... - comentó el líder de Pomefiore, siendo despertado por la robótica voz del aparato.

- Hemos descansado lo suficiente, así que deberíamos seguir nuestro camino - propuso su vicelíder, mientras despertaba gentilmente a la pelirrosa, la cuál dormitaba en sus brazos.

- Podríamos encontrarnos nuevamente con el titán o con phantoms igual de fuertes que él... - habló el de cabello lila - usar magia es agotador, ¡así que deberíamos llevar varias raciones! - propuso empezando a recoger varias latas de comida.

- Estoy de acuerdo, deberíamos prepararnos... - dijo la heterocromática.

- Podemos reponer suministros en el hangar dos niveles más abajo - intervino el de puntas moradas con seriedad - la lanza ya pesa lo suficiente, así que aseguraos de llevar sólo lo imprescindible - pidió cruzándose de brazos.

- S-Sí, señor... - respondió el de orbes azulados un tanto decaído, mientras dejaba gran parte de su carga y salía de la habitación junto al resto del grupo.

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El descenso continuó de una forma, más o menos, tranquila; a pesar de las constantes peleas contra las criaturas de tinta y todo los efectos secundarios que aquello provocaba, como la fatiga; junto a las extenuantes búsquedas de ID's en los asilos. El de orbes amatista prohibió a la pequeña usar su magia o siquiera intervenir en las batallas. Inku les tuvo que explicar en el hangar en que consistía su condición; omitiendo algún que otro detalle para que no se preocuparan en exceso, haciendo que Vil tuviera que tomar medidas para evitar más tragedias.

Ante aquello la de orbes bicolor no pudo evitar sentirse un tanto inútil, apenas podía haber ayudado y ya no tendría oportunidad de hacerlo. Aunque, a pesar de las prohibiciones del mayor, de vez en cuándo tuvo que usar su magia, para defenderse cuando sus compañeros no podían hacerlo o para echarles una mano cuando estaban demasiado ocupados o distraídos.

- C-Creo que logramos vencerlo - comentó el de sombrero extravagante con esfuerzo, viendo como uno de los phantoms del asilo se deshacía dejando a la vista la identificación que les permitiría salir de allí. El problema era que, a pesar de aquella victoria, el de orbes verdosos había sido levemente herido por el enemigo.

- D-Déjame ayudarte... - pidió la pelirrosa preocupada dispuesta a curar al contrario, al ver cómo su expresión se deformaba en una mueca de molestia.

- Estoy bien, la herida es superficial, sólo me siento un poco mal por todo el blot de alrededor - explicó el nombrado, forzando una sonrisa para tranquilizar a la pequeña, aunque no era el único. Las manchas de la heterocromática de vez en cuando crecían por toda la exposición al blot que estaba sufriendo, sentía el cuerpo entumecido y cada vez le costaba más seguir descendiendo; pero todavía no podía detenerse, no hasta que encontrara a Grim y todo aquello se solucionara. En ese momento unos golpes que sacudieron todo el lugar alertaron a los jóvenes.

- ¿¡Qué pasa ahora?! - exclamó el de orbes amatista serio mientras miraba la pared en la que habían golpeado.

- ¡Júpiter... TE VENCERÉ... JÚPITEER...! - gritó la voz del coloso que había aparecido de nuevo para intentar acabar con su enemigo.

- Debemos terminar con esto ahora... - sentenció el viceprefecto del dormitorio serio mientras se giraba hacia su líder - ¡puede que sólo sea un momento, pero nos da tiempo para prepararnos! - añadió refiriéndose a la lanza relámpago.

La dama de las sombras 2//Twisted Wonderland// Donde viven las historias. Descúbrelo ahora