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ELIZABETH


Me levanto de la cama y ni me he desvestido, he llegado y conforme me he tumbado me he dormido. Hunter no está, así que supongo que se ha ido con sus hermanos. Miro la hora y son las seis de la tarde, sí que he dormido.

Me doy cuenta de que a mi móvil no le queda casi nada de batería. Me levanto a por el cargador, pero no se donde puede estar, abro mi maleta y no está, la de Hunter, tampoco, en la mochila, tampoco. Probablemente se nos haya olvidado en casa. Ya que Hunter está en la plaza voy a llamarle para que compre un cargador. Cojo mi móvil y conforme me meto en la agenda de contactos se apaga. Menuda suerte.

Necesito el móvil, tengo que hacer unas llamadas importantes de la empresa. ¿Qué hago?

Me ha parecido entender antes que los padres de Hunter no se han ido con ellos, así que voy a pedirles un cargador seguro que tienen. Pero no quiero molestarlos, no le caigo bien a su padre, y no quiero caerle peor.

Scarlett, ella ha dicho que tenía trabajo que hacer. Vale, voy a pedírselo a ella.

Me pongo los zapatos y voy hacia su habitación, creo que era la del final. Pero no estoy muy segura. Toco y rezo internamente para que no sean los padres de Hunter. Se abre la puerta y es Scarlett, en pijama con unas gafas de ver sobre su cabeza.

—Hey, pasa— se hace a un lado y entro

Su habitación es igual que la nuestra, en realidad son todas iguales. Me fijo en que tiene la mesa llena de papeles y un ordenador.

—¿Todo bien?— pregunta y salgo de mi trance

—Oh si perdón, es que se me ha acabado la batería del móvil y se nos ha olvidado el cargador en casa. Era por si me podrías dejar tu móvil un momento para llamar a Hunter y que compre un cargador— digo y asiente

—Claro, toma. Dame tu móvil y lo cargo mientras— dice e intercambiamos móviles

—Gracias— digo y marco el número de Hunter

Después de tres tonos lo coge.

—¿Scarlett?— pregunta asombrado

—No, soy yo Lizzie. Es que se me ha acabado la batería del móvil y no quería molestar a tus padres, así que le he pedido el móvil a Scarlett— digo y la nombrada se apoya en la pared y me mira

—Ah vale, ¿qué quieres?

—Si puedes comprar un cargador, porque se nos ha olvidado en casa.

—Claro, ahora en veinte minutos estamos allí.

—Vale, gracias. Adiós.

—Adiós— dice y cuelgo —Muchas gracias, siento haberte molestado parece que estás trabajando— digo dándole su móvil

—No tranquila, no me has molestado para nada. En realidad necesitaba un poco de descanso.

—Tengo curiosidad por tu especialidad, pero no quería preguntarlo en la comida para no generar tensión— digo y sonríe

—Has hecho bien, mi padre probablemente te hubiera hecho la cruz por darme más atención de la que merezco. Pero no pasa nada. Soy cirujana cardiotorácica, del corazón y pulmones— dice y asiento sonriendo

—Que guay, me encanta. Un trabajo muy prestigioso.

—No es lo mismo que piensa mi padre, pero eso es una conversación que necesita alcohol de por medio— dice y me rio

—Pareces cansada— asiente

—Si, es que estoy con un caso que no se que hacer— dice sentándose en la silla

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