CHOOSE ME

8

SCARLETT

Me encanta salir de fiesta aquí, los europeos son muy majos y muy fiesteros. Siempre me despierto en cualquier sitio menos en la habitación de mi hotel, a ver si hoy es diferente. Gracias a mi podemos salir a la mejor discoteca de la zona, el dueño es muy amigo mío, mejor dicho, es un amigo especial. Pero todos se aprovechan de que sea mi amigo especial, nos sale gratis entrar en la discoteca, que no es barata.

Me pongo un vestido negro de manga larga, con un escote en v. Bastante simple, pero en invierno es difícil ponerse un vestido que no te de una gripe. Le añado unos tacones también negros y luego maquillaje, simple pero le añado un pintalabios rojo.

Y así salgo de la habitación del hotel, llego tarde como siempre, pero ya me da igual. Llegue pronto o llegue tarde mi padre me va a mirar con la misma cara. Están todos en la recepción, creo que me están esperando.

—Scarlett espero que hayas reservado en el Red Rock— me dice Nessa

—Claro que lo he hecho, quién crees que soy.

—¿Estará Pierre?— pregunta y ruedo los ojos

—No lo sé, supongo, es su bar.

—Que mal se te da mentir, es imposible que no lo sepas si has hablado con él— dice y vamos hacia el coche

—¿Qué más da si está o no?

—Porque te lo pasarás mejor— dice dándome codazos

—No hace falta que hagas eso, lo he entendido— digo y se ríe

Conocí a Pierre el segundo año que empezamos a venir aquí, me llevó con sus amigos al Red Rock, que en ese tiempo era de sus padres. Mis hermanos me pillaron y me chantajearon con que si no les metía en el bar se lo contarían a mis padres, así que tuve que hacerlo. Desde ese momento que venimos al bar.

—Bienvenidos familia, ya estaba esperándolos— dice el dueño del restaurante

Este es otro de los restaurantes a los que siempre venimos, somos bastante leales a lo que nos gusta. Nos costó encontrar buenos restaurantes.

—Les he puesto la mesa de siempre, espero que sea de vuestro agrado— dice y se va

—Me encanta el servicio de este restaurante, se merece una estrella michelin— dice mi madre mientras nos sentamos

—Tampoco te pases cariño, son un poco pesados, están todo el rato encima nuestra, como si les fuera a pagar más— dice mi padre, siempre tiene que joderlo con un comentario

—¿Qué tal el spa chicas?— dice Adrian intentando cambiar el tema

—Muy bien, aunque a Elizabeth le ha dado una migraña— responde mi madre y busco con la mirada a la nombrada pero no la veo

—¿Dónde está por cierto?— pregunto

—Esta en el baño, vendrá enseguida— dice Hunter mirándome con cara de pocos amigos, que cojones le pasa a este ahora

Giro la cabeza para verla salir del baño, está guapísima. Lleva un vestido verde de tirantes largo, probablemente traiga un buen abrigo, porque se va a congelar. Con lo de Pierre no me había dado cuenta de Elizabeth, me parece bastante raro. Se sienta mirándome y le sonrío, pero mi sonrisa se borra cuando Hunter le coje la cara y le planta un beso. Parece que vuelven al paraíso. Me obligo a apartar la mirada y en cambio miro el decorado del restaurante, parece un poco más interesante. No se ni porque me importa.

—Mira qué coincidencia, los Johansson— dice el señor Smulders

—Andrew, cuanto tiempo— dice mi padre que se levanta para saludarle