Capítulo trece

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Durante el resto del día decidí regresar a mi celda y leer las cartas que mi hermana dejó para mí, aunque me preguntaba exactamente a quien le entregó las cartas, sólo esperaba que no a la persona que estoy pensando. Acostado ya en mi cama, arropado con las mantas que mi madre me envió, abrí el primer sobre, saqué el papel doblado y me dispuse a leer.

Querido idiota Kookie:

¿Es que eres imbécil? El jefe de los guardias me ha dicho que te metiste en una bronca con otro reo y que por eso te tendrán castigado unos días. ¿Qué está pasando contigo, hermano? Tú no eras una persona violenta, ni mucho menos un buscador de problemas, siempre te mantenías al margen de todo lo que no era de tu mundo, mantenías distancia con las personas y hasta casi ninguna novia te he conocido. Dudo que la bronca que te llevaste sea por problemas de falda porque ahí dentro..., bueno, ya sabes, es difícil. Aun así ¿Qué está pasando por tu cabeza? No es la primera vez que no vienes a las visitas por estar castigado, ¿Acaso te estas contagiando de toda la mierda de ese lugar? Quiero a mi hermano de vuelta, al chico tímido, responsable, cariñoso con mamá y conmigo, el que siempre se preocupaba que no nos faltara nada, que siempre estaba ahí para cuando lo necesitáramos, a mi hermano JungKook, mi modelo a seguir, la persona que más admiro y quiero. ¿Puedes? Por favor Kookie, por favor.

Su primera carta no fue nada agradable, pero no podía culparla de ser cortante y de que estuviera enfadada, pues ella no sabía las verdaderas razones de mis castigos y de los que no lo han sido. También debía agradecerle a Monster por no contarle sobre mi intento de suicidio, eso habría sido fatal para ambas, sobre todo para mi Pájara, quien se terminaría culpando aun más de lo que ya se siente. No me atrevía a leer la siguiente. ¿Qué tal y es como la primera? Pero las ganas de saber de ella y mamá fueron más fuerte y abrí el siguiente sobre.

Querido no tan idiota Kookie:

Hace dos días atrás me encontré un perrito tirado junto a la basura. Estaba lloviendo y ¿Adivina qué? ¡Si! Me lo he llevado a casa —me esperaba que lo hicieras pájara— Por su tamaño debe tener unos dos o tres meses, es blanca como la nieve y tiene unos ojos hermosos, son del color de la miel ¿Extraño, cierto? Pero siento que es especial por lo que desde hace dos días se ha convertido en mi mejor amigo. Y adivina que más... ¡Sí! Le he puesto Kookie, es que verlo me recuerda a ti, aunque tienes cara de idiota, pero es más tierno el perrito ¿No te molesta que le llame por tu apodo? No ¿verdad? En fin, Kookie duerme conmigo y ya le he comprado su propio plato, le doy leche con un biberón y le compré un tierno y adorable polerón de color blanco, lo sé, lo sé, debía de haber escogido otro color, pero no quería que su blancura se perdiera ¡Oh! Adivina otra cosa... mamá me ha presentado formalmente a su novio, pues... no me agradó del todo, pero tampoco me desagradó, creo que, si me doy el tiempo de conocerlo mejor, quizás podríamos llevarnos bien. Sabe de tu situación y le ha comentado a mi madre que si haces buena conducta (cosa que dudo por tu último comportamiento) podría hablar con su hermano, que es abogado y ver si pueden disminuirte la condena. ¡¿No te parece estupendo?! Mamá lloró cuando le comentó aquello y bueno..., yo también, pero en mi habitación.

Pd: ya no estoy enojada, sólo te echo de menos. Te quiero montones, JungKook.

Así que tiene un perro como mejor amigo y le ha llamado por mi apodo, tan agradable como siempre mi hermana, buscando la oportunidad para burlarse de mí. Ella definitivamente era mi fuerza, la que fui perdiendo cada día en este maldito infierno, pero recuperaba gracias a ella. Aún me quedaban tres cartas más por leer, por lo que me acomodé un poco más y seguir mi lectura de las cartas de mi Pájara loca. Me comentó cómo se llevaba cada día con su nuevo mejor amigo, cómo se volvía más y más juguetón y que hasta mamá lo adoraba, llamándole bebé, como si realmente fuera su nieto. Volvió a mencionar el asunto de que podía salir antes de prisión y admito que me alegró aquello.

Saga Jailed (JiKook)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora