S2: Capítulo veintiuno

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TaeHyung POV.


Mi conversación con JungKook fue bastante reconfortante, podría decir que es como mi mejor amigo aquí dentro. Aunque una cosa que no esperaba que pasara, sucedió.

Estaba tan mal ayer, realmente me sentía horrible por lo de mi hermana, no sé cómo ni porqué fui a parar a la celda de castigo donde se encontraba Ho Seok, pero si había algo que sabía, necesitaba un abrazo y lo quería de él. Para mi sorpresa él no me alejó cuando me aferré a su cuerpo, tratando de buscar tranquilidad y que, aunque no me lo dijera, sentí que todo pronto se solucionaría, que me dolería poco, pero que mejoraría. No me equivoqué, en sus brazos sentí la tranquilidad infinita, en sólo un par de minutos olvidé todo, hasta el hecho de mi perdida. Sólo sentía que, si lloraba en sus brazos, él me protegería en ese momento y que haría cualquier cosa para evitar que yo llorara. Fue la sensación más sincera, plena y verdadera que he sentido en años, únicamente había logrado sentirme una vez así y fue en brazos de mi amado Bogum.

Aun después de irme de su celda, podía seguir sintiendo la calidez de su mano al agarrarme para que no me fuera. Era una calidez tan extraña que me puso muy nervioso. Quise huir en ese momento, huir de la tormenta de sensaciones que sentí a causa de ese toque. Ya en mi celda, me senté en la cama de abajo, me acosté, ya que me sentía extraño y no sabía si era por la reciente muerte de mi hermana o a causa de Ho Seok. Después de cambiar mi posición reiteradas veces sobre la cama, terminé apoyando mi espalda en la pared, con las piernas pegadas a mi abdomen, ocultando mi rostro entre mis brazos sobre mis rodillas.

Y aquellos recuerdos volvieron a torturarme....

—Tae...papá es extraño —mi hermana se sentó sobre mi cama, a mi lado, mientras yo me encontraba limpiando las lágrimas, causadas por una caída en la escalera—. Anoche fue a darme el beso de buenas noches...pero me dio uno como se los da a mami.

No sabía en ese entonces lo que le estaba haciendo a mi hermana, si tan sólo hubiera sido más inteligente habría notado aquel abuso...

—TaeTae, me ha tocado —me miró asustada—. Mamá siempre me dice que no debo dejarme tocar por los hombres, pero papá es papá ¿cierto?

La misma pregunta me la hizo dos años después, cuando cumplió diez años y yo doce años. Año donde ocurrió aquello y cambié...

Nadie tuvo que contarme aquella crueldad, horrorosa, ya que fui testigo, vi todo. Sus manos quitándole la ropa, mientras la amenazaba con no dejarla ver más a sus amigas, tocando su intimidad. Dejándola desnudad, acariciando de la forma más asquerosa...a su hija. El grito de la pequeña al ser invadida por algo que no debería de entrar en ese lugar, al menos no por parte de su padre, sino que, de otro hombre. Hombre que debería ser elegido por la pequeña ya siendo una mujer adulta, hombre que la cuidaría de todo y todos, que la amaría y atesoraría como a ninguna. Sería su princesa y luego su reina...pero eso no ocurriría, no después de ser ensuciada y maldita por su propio padre. La pequeña había quedado en un estado realmente lamentable, su cama manchada por mucha sangre, la cual salió de aquel lugar ultrajado. Sus llantos fueron como agujas finas, pero dañinas para mi pecho. El padre sacó las sabanas, las tiró al piso y puso otras nuevas, limpias. Las sucias las tiró a la basura y luego fue llevado por el camión de la basura. La madre al ver el colchón creyó que fue por el cambio de su hija, su inicio. Su primera menstruación. La pequeña sin poder hablar en días y semanas terminó cambiando radicalmente con sólo diez años.

Mi hermana Haneul había sido violada por mi padre, nuestro padre, quien llevaba años tocándola de una forma muy diferente a lo que hace un verdadero padre.

Saga Jailed (JiKook)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora