S2: Capítulo cuatro

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JungKook POV.


Jamás he mantenido una relación seria con alguien como para llegar a sentir ciertos sentimientos. Siempre lo vi en otras personas, en parejas discutiendo por engaños, mentiras o infidelidad, pero yo jamás llegue a sentir lo que creo que estoy sintiendo en estos momentos. Ver en la mano de Monster un condón, que sólo se utilizaba para una cosa y más cuando se lo entregó a Jimin y éste lo agarró para guardarlo en su bolsillo, me puso furioso. Sí, lo acepto ¡me puso furioso ver como Jimin se guardó el puto condón! Es un mentiroso, rompe promesas, un desgraciado, calentón y un puto que no puede controlar su polla. Por culpa de aquello, la visita de mi hermana terminó a penas ellos se metieron en la dichosa habitación del servicio especial, más bien, debería llamarse prostíbulo o motel, casa de libertinaje, hasta burdel, para eso es ¿no? Para que los calienta pollas se metan con sus novias, amantes, zorras, putas y follen como conejos, como seguro estaría el jefe con la zorra esa. Sí, la hermana de TaeHyung es una zorra regalada y me importa una mierda si él se entera de mi pensamiento, pero esto no se quedaría así, ya me he guardado muchas cosas, y eso se acabó, desde ahora le diré cada cosa, pensamiento o maldición que tenga que decirle al cachondo de Park. Seguro no se esperaría el verme en su celda.

— ¿En qué tanto se demora con la zorra esa? —me senté en su cama, apoyando mi espalda en el cemento gastado y al cual le falta una mano de pintura—. ¿Acaso hasta posiciones y toda la cosa están haciendo? Es que te las corto Jimin, te las corto.

Pasaron unos treinta minutos cuando escuché pasos rápidos acercándose a la celda, seguro sería él, en busca de una toalla para ir a las regaderas y quitarse todo el sudor y olor a sexo, maldito.

—JungKook —vaya que lo sorprendí, sus pequeños ojos se hicieron tan grandes que creí se le saldrían—. Te he estado buscando.

—Parece que no me buscaste mucho —me levanté de su cama—. ¿Y cómo estuvo tu momento de pasión con Haneul? ¿Te la montaste muchas veces?

—Sobre eso... —se acercó, pero retrocedí y su rostro de sorpresa cambio a una llena de ansiedad y preocupación—. No te alejes JungKook, no pasó nada de lo que seguro has estado pensando.

— ¿Y qué crees que pensé? —me crucé de brazos, mirándolo fijamente—. Porque lo único que pude pensar al ver el condón, que guardaste en tu bolsillo y que luego te metiste en la habitación del "servicio especial" con esa tipa, es que lo ocupaste en tu polla dentro de su coño.

—No lo usé — ¡ja! A mí no me mentiría, no soy tan estúpido—.

—¿No? Entonces ¿lo hicieron sin condón? Luego no te quejes si queda preñada de nuevo.

— ¡Que no lo usé! —me gritó y se volvió para cerrar la puerta de su celda, poniéndole el cerrojo—. JungKook —me miró—. ¿Acaso ésta es una de esas típicas escenas de celos? —me mostró una pequeña sonrisa y yo me sentí tonto al darme cuenta de que tenía razón—. ¿Estás celoso?

—No... ¿Por qué tendría que estarlo? Nosotros no somos nada. No tenemos ningún tipo de relación de la cual yo pueda llegar a sentir celos, de ninguna manera.

—No aún —se acercó tan rápido, que no me dio tiempo de retroceder, envolviéndome en sus brazos—. Estás celoso JungKook, vamos, acéptalo.

—No tengo porque aceptar algo que no siento y aléjate —traté de zafarme de su abrazo, pero él sólo lo hizo más fuerte—. Que me sueltes y te alejes.

—No lo haré —juntó su frente a la mía con delicadeza—. ¿Sabes?, jamás creí que el que alguien te celara sea tan divertido y agradable, nunca nadie me ha celado.

Saga Jailed (JiKook)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora