NADA ES PARA SIEMPRE

CAPÍTULO 17

- ¿Ginny vino a gritarte? – dijo Harry, mirando a Hermione, y pasándose la mano por los cabellos; costumbre suya de cuando estaba nervioso.

- Sí, estaba enfadadísima – suspiró Hermione – Sabía que pasaría algo así, yo lo sabía...

- Ya está hecho, Mione. No debemos arrepentirnos del pasado...

- Es que pudimos evitar esto...

- Vamos, Hermione, cálmate.

- No, es que no puedo. Lo arruinamos todo...

- ¡Todo estaba arruinado, Hermione! ¡Solo hicimos lo que nos hacía feliz! – ambos se estaban desesperando.

- ¿Aún no entiendes la gravedad de la situación?

- ¡La entendí hace mucho! ¡Sabías lo que podría pasar! ¡En algún momento Ron y Ginny tendrían que saber la verdad!

- ¡Pero no así! Agh... - Hermione se cubrió el rostro con las manos. – Esto nunca debió pasar, nada debió pasar, nunca debí dejarme llevar...

- ¿Te estás arrepintiendo de todo? ¿Ahora? – dijo Harry, con un hilo de voz.

- Sí. Sí, porque si pudiera evitar que esto pasara, lo haría. No debí haberme dejado llevar por un estúpido sentimiento de adolescente...

- ¿Solo soy eso para ti? ¿Un "estúpido amor de adolescente?" – preguntó el muchacho, con voz quebrada.

- Eso dije – murmuró Hermione, mirando a la mesa. No quería hacerlo, pero ya había hecho suficiente daño; un poco más no hacía la diferencia.

- Bien, si eso piensas... - dijo Harry, levantando de la silla. Él no se arrepentía de nada; causó dolor a otros, y no se sentía orgulloso de eso, pero esos dos meses junto a Hermione lograron que él se enamorara de esa chica castaña que por tantos años fue su amiga. Lástima que no haya sido mutuo...

*en la calle*

Harry apenas había caminado unos pasos cuando vio a Ron. El pelirrojo se le quedó mirando y luego, se acercó a él, con el rostro crispado de ira.

- Tú... Maldito...

- Hey, ¿qué te...? – pero no pudo terminar la frase; Ron le había pegado un puñetazo

- ¿CÓMO PUDISTE HACERLE ESTO A MI HERMANA?

- ¡Cálmate, Ron!

- ¡ENCIMA, CON MI PROPIA NOVIA! ¡ERES UN HIJO DE...!

- ¡NO SE TE OCURRA TERMINAR ESA FRASE, RONALD! – gritó Harry, metiendo la mano en la túnica. Ron, aún enfadado, dio media vuelta y se fue. Harry tuvo ganas de gritarle que era un cobarde, pero ya para qué más problemas....