CAPÍTULO 16

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Ron se había ido a la casa de sus padres. El enfado no era con Hermione, sino el enfado era con Harry. Había tenido una relación a escondidas de Ginny, había herido a su hermana y, por mucho que a veces pelearan, era su hermana y la amaba. Y eso le daba rabia; a pesar de eso, una parte de él (con la voz muy parecida a la de Luna), le decía que él no tenía autoridad moral para enfadarse con ninguno de ellos, ya que él había hecho prácticamente lo mismo. Pero en ese momento no pensaba en eso. Ahora estaba mucho más cerca de la casa de Luna; no quería esperar más, quería ya pedirle que sea su novia.

Salió de la casa, y caminó lentamente, pasando las colinas, hasta que llegó a la casa en forma de torre de ajedrez. Tocó la puerta, y Luna abrió:

- Hola, Ron. No te esperaba...

- ¿Podemos hablar?

- Oh, claro – dijo Luna, sonriendo. Salieron al pequeño jardín de la casa, y se pararon, mirando al cielo.

- Luna... yo quería decirte... Bueno... ayer dejé a Hermione – dijo el chico, con tono casual.

- Oh... - dijo Luna, clavando sus ojos azules en Ron.

- Sí... Yo quería preguntarte... Luna, estos meses saliendo... bueno, aunque haya sido a escondidas, fueron los mejores en mucho tiempo. ¿Tú... quisieras ser mi novia? – dijo Ron, cerrando los ojos un momento.

- Sí, sí quiero – dijo Luna, sonriendo, y con los ojos más desorbitados.

- ¿De... de verdad? – dijo Ron, mirándola y sonriendo.

- Sí, muy de verdad – Luna lo abrazó, y Ron le dio un beso en el cabello. Estaba muy feliz, y nada podría arruinarle su felicidad.

Regresó contentísimo a su casa, y vio ahí a Ginny, sentada y riendo; parecía estar borracha.

- ¿Ginny? ¿Qué te pasa?

- Hola, hermanito. ¿Qué tal estás? – dijo, sonriendo más. Olía a alcohol y a... ¿perfume de hombre?

- Bien, pero ¿qué te pasa?

- Ay, hermanito, ¡estoy muuuuy felizzzzz! – gritó la muchacha.

- ¿Pero por qué? – dijo Ron, irritado.

- Hace un momento estuve... con Malfoy – dijo, bajando la voz.

- ¿CON EL HURÓN ALBINO? – gritó Ron, espantado.

- Sí, y me divertí muuuuuuuucho con él – dijo, riendo más.

- No quiero seguir oyendo esto, me voy – dijo Ron, asqueado. Se equivocó; sí había algo que podría quitarle la felicidad. 'Mataré a ese hurón botador'

NADA ES PARA SIEMPREDonde viven las historias. Descúbrelo ahora