CAPÍTULO 14

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Pasaron dos meses, dos meses en los que todos eran felices, con cierta culpabilidad, pero felices de todos modos: Harry y Hermione se veían a escondidas, juntos, cada vez más se daban cuenta de que se estaban enamorando el uno del otro, cada vez más. Por otro lado, Ron y Luna seguían saliendo, yendo a diferentes lugares, y viviendo al máximo cada momento que podían tener juntos. Ginny y Draco, por otra parte, salían de momento en momento, siendo... solo amigos.

Pero, un día, Harry y Hermione habían quedado de verse después del trabajo, mientras que Ron estaba por volver a su casa después de haber pasado toda la tarde en el zoológico con Luna. Por otra parte, Ginny quería ir a visitar a Ron y Hermione, dado que Harry no estaba en casa. Llegó justo cinco minutos después que Ron:

- ¡Hermione! ¡Hermione! ¿Estás ahí? ¿Hermione? – Ron escuchó que tocaban la puerta y abrió - ¡Ah, Ginny! ¡Qué sorpresa!

- Hola, Ron. Quería pasar a visitarlos – dijo, sonriendo.

- Ah, pues no creo... Hermione no está – dijo, dejándola entrar – Hey, ¿no está Harry contigo?

- Pues... pues no, él tampoco estaba en casa. Justo por eso vine – dijo, desconcertada.

- Vaya... - Ron no estaba del todo sorprendido. Al fin de cuentas, seguro Hermione y Harry se habían quedado trabajando en el Ministerio; había veces en las que tenían mucho que hacer.

- Eh, Ron, creo que debo irme. Nos vemos después, ¿sí? – dijo la chica, sonriéndole a su hermano forzadamente.

- ¿Ah? Oh, sí, está bien. Nos vemos – dijo Ron, sonriendo de vuelta.

Ginny se fue, pero tenía un presentimiento... Algo iba a pasar, y no sabía qué.

*más tarde*

Harry llegó a su casa. Había pasado una muy buena noche a junto a Hermione. No notó que la hora a la que llegaba era de madrugada, ni que Ginny lo esperaba despierta.

- ¿Harry?

- ¿Uhm? – había tomado un poco; Ginny lo notó.

- ¿Dónde estabas?

- Ah, por ahí... - dijo, caminando hacia su cama.

- ¿Por ahí? – dijo Ginny. Se acercó al chico; olía a una mezcla entre alcohol y...

- ¿Perfume? ¿El perfume de... Hermione? – dijo, atolondrada. Ahora unía todo: Hermione tampoco estaba en su casa, por eso es que a veces llegaba tarde, o se la pasaba pensando en algo más cuando ella le hablaba... Pensaba en Hermione.

- ¿ESTABAS CON HERMIONE? – gritó, histérica. - TÚ... ¿Y ELLA? ¡RESPONDE!

- Ginny...

- ¡SÍ, TÚ Y ELLA TIENEN... ALGO! ¡ESTÁS ACOSTÁNDOTE CON ELLA! ¡SIN IMPORTARTE NADA! ¡ELLA... ELLA ES UNA...!

- ¡CUIDA LO QUE PIENSES DECIR DE ELLA, GINEVRA! – gritó Harry, poniéndose de pie.

- ¡AHORA LA DEFIENDES! ¡TÚ Y ELLA SON UNOS INFELICES, DESGRACIADOS! ¡NOS VEÍAN LA CARA A MÍ Y A RON! ¡PERO ÉL TAMBIÉN SE DEBE ENTERAR! ¡SE VA A ENTERAR! – Ginny estaba fuera de sí. Se desapareció de la casa y llegó directamente a la casa de Ron y Hermione.

- ¡RON! ¡RONALD, VEN YA MISMO! – gritó hacia las escaleras

- ¿Qué pasa, Ginny? – dijo Ron, adormilado

- ¿Ginny? ¿Qué haces...? – dijo Hermione, acercándose.

- ¡TÚ! ¡ERES UNA MALDITA...!

- ¿QUÉ TE PASA, GINNY? – gritó Ron, poniéndose frente a la castaña.

- ¡QUE TU NOVIECITA ESTA SE REVOLCABA CON MI NOVIO! ¡Y NO TE ATREVAS A NEGÁRMELO! – gritó Ginny, al ver que Hermione abría la boca.

- ¿Qué? ¿Hermione... Harry? – Ron no entendía nada.

- Ginny, Ron, yo se los puedo explicar – dijo Hermione, con lágrimas en los ojos.

- ¿Qué piensas explicar? No hay nada que explicar, Hermione. Todo es clarísimo; tú y Harry llevan meses viéndose a escondidas – dijo Ginny, un poco más calmada, aunque aún con furia - ¿Qué, Ron? ¿Acaso no piensas decir nada? – Ron solo miraba a un punto indefinido. Seguía procesando todo.

- Bueno... Creo que deberías irte, Ginny. Hermione y yo debemos hablar – dijo Ron, con calma.

- Sí, tienes razón... Yo... me voy – dijo la chica. No pensaba ir a casa de Harry, sino que iría a casa de sus padres. Al fin de cuentas, no tenía nada de qué hablar con él. Se apareció y Hermione y Ron se quedaron solos.

- Así que Harry y tú...

- Ron, Ron te juro que...

- No, no tienes que decir nada, Hermione. Nada... - dijo Ron – Creo que... por ahora... uno de los dos debería irse... Sí, mejor me voy yo... - subió a tomar sus cosas y se desapareció en su habitación.

NADA ES PARA SIEMPREDonde viven las historias. Descúbrelo ahora