CAPÍTULO 20

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*al día siguiente*

Ginny había llevado a Draco a la Madriguera, y Ron había llevado a Luna, para que sea algo más "oficial". Ron aún no terminaba de aceptar a Draco como novio de Ginny, pero tenía que intentarlo.

- Pasen, queridos, pasen – dijo Molly, sonriéndoles a Draco y Luna, que acababan de llegar.

- Gracias, señora Weasley – respondió Luna, sonriéndole.

- Oh, cariño, dime Molly – dijo Molly, con cariño.

- Muchas gracias, señora Weasley – dijo Draco, con formalidad.

- No hay de qué agradecer, querido. Y tú también puedes llamarme Molly – Molly sonrió. Draco le devolvió la sonrisa.

Entraron y se sentaron al lado de sus respectivas parejas. Entonces, alguien más tocó la puerta. Sorprendido, Molly se paró y abrió la puerta. Ahí, vio a Harry y a Hermione, que le sonreían.

- ¿Harry? ¿Hermione? Oh, queridos, no pensamos que vendrían. ¿Ron y Ginny los invitaron?

- No, Molly, solo...

- ¿Harry? – Ginny había llegado tras su madre.

- ¿Hermione? – Ron también había llegado.

- ¿Potter? ¿Granger? – Draco también se había puesto de pie.

- Oh, Harry, Hermione. Hola – dijo Luna, siempre con ese aire soñador característico de ella.

- Bueno, pero... pasen, pasen – dijo Molly, apartándose de la puerta.

- Gracias... - Harry estaba confundido. No se imaginaba que Malfoy y Luna estarían ahí.

De repente, Molly había desaparecido, y había dejado a los seis chicos ahí.

- ¿Qué hacen aquí? – dijeron los seis, mirándose.

- ¿No se supone que sería una reunión familiar? – dijo Draco, enfatizando las últimas dos palabras.

- Yo no sabía que ellos vendrían – dijo Ginny, sorprendida. - ¿Tú los invitaste, Ron?

- No... - dijo Ron, aturdido.

- No sabíamos que estaban en... reunión familiar – dijo Hermione, incómoda.

- Ah, creo que hubiera sido más cortés avisar que vendrían – dijo Draco, con voz altiva.

- Esta no es tu casa, Malfoy – dijo Harry, irritándose.

- Tampoco la tuya, Potter – dijo Malfoy,

- Ya basta, chicos – dijo Ginny. No creía que tendría que enfrentarse a ellos tan... rápido – Creo que tenemos mucho de qué hablar – miró a Harry, luego a Hermione, y a Ron.

- Sí, por eso vinimos. Ustedes son nuestros amigos, y no podíamos estar tranquilos sabiendo que estaban enojados con nosotros. Enserio, necesitábamos arreglar las cosas con ustedes – dijo Hermione.

- Pues... Yo no estoy enojada con ustedes – dijo Luna, mirándolos a ambos y sonriendo.

- Gracias, Luna – dijo Harry, riendo.

- Yo tampoco – dijo Ron, suspirando – Hasta hace unas semanas, estaba furioso. Pero, ¿saben?, no creo que debería estarlo. Al fin de cuentas, somos amigos, ¿no? – dijo, acercándose a los dos chicos. Hermione tenía lágrimas en los ojos, y abrazó al pelirrojo. Harry se unió al abrazo del trío, contento.

Cuando se separaron, Ginny también habló:

- Yo... Yo tampoco estoy enojada. Bueno, ya no estoy enojada. Ahora, cada quien es feliz por su lado, ¿verdad? – dijo, tomando la mano de Draco.

En ese momento, toda pelea o rencilla pasada entre ellos, era solo eso; pasado. Empezaban un nuevo capítulo, cada quien, por su lado, siendo feliz a su manera.

NADA ES PARA SIEMPREDonde viven las historias. Descúbrelo ahora