CAPÍTULO 19

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Harry apenas y había notado lo rápido que pasaron las semanas. Había vivido solo para el trabajo, y sin pensar en más que en Hermione. La evitaba en todo momento, pero eso no quitaba el intenso amor que sentía por ella. Así fue casi un mes, hasta que un día, por casualidades de la vida (o por el hecho de que ella sabía su hora de almorzar), vio a la castaña, parada en la puerta de su oficina, y tratando de componer una sonrisa, que más salió como una mueca.

- ¿Quieres... ir a almorzar? – más que un pedido, sonaba a súplica.

- Tengo trabajo – la cortó, sin levantar la mirada.

Escuchó la puerta cerrarse y, pensando que la chica se había ido, levantó la mirada, se cubrió los ojos con las manos.

- No has ido a almorzar en varios días, podrías enfermarte. Anda, vamos – dijo la voz de Hermione, quebrada.

- Pensé que te habías ido, y que había sido claro, tengo trabajo.

- ¿Vas a seguir enojado como un niño? – sollozó la chica

- ¿Cómo un niño? Hermione, tú fuiste la que hizo que me alejara...

- Entiéndeme, ¿sí? Estaba muy presionada por todo lo que estaba pasando – dijo la chica, sentándose en la silla que estaba frente a él.

- Ah, ¿sí? No eras la única a la que le estaba pasando eso, ¿sabes?

- ¡Por favor, Harry! ¡Fui una tonta, lo sé! ¡Perdóname! – dijo la chica. Él la miró; tenía los ojos bañados en lágrimas.

- No digas eso, Mione; no eres ninguna tonta. Lo que hiciste...

- ¡Lo hice sin pensar! – dijo Hermione, afectada. Harry, a su pesar, sonrió - ¡No te rías! – le regañó la chica, aunque también esbozó una sonrisa.

- Bueno, lo hiciste sin pensar... Pero no estaba enojado, Mione, enserio... - entonces, Hermione se abalanzó sobre él.

- Oh, Harry. Yo... dije todo lo que dije porque estaba desesperadísima, y me sentía culpable, pero nada de eso es verdad... Yo... - pero no era necesario más palabras; con solo verse a los ojos, se entendieron, sabían cuánto se amaban y que no podían seguir separados. Entonces, el tan anhelado beso, lleno de necesidad, de cariño, de amor...

*más tarde*

Harry y Hermione estaban en Grimmauld Place, y entonces, un tema saltó en la conversación:

- ¿Sabes, Harry? Creo que... deberíamos intentar hacer las paces con Ron y Ginny...

- ¿Para qué? – dijo Harry, mirándola.

- Harry, son nuestros amigos desde que tenemos 11 años – dijo Hermione, con obviedad – A pesar de todo, los quiero muchísimo. – dijo, recostándose en la cama.

- Bueno... Podríamos intentarlo. Pero no creo que...

- No saquemos conclusiones antes de intentarlo, ¿sí?

- Está bien – dijo Harry, arrastrando las palabras y recostándose al lado de Hermione.

- Bien, mañana podríamos ir a verlos...

- Hermione, disfrutemos de hoy, mañana será otro día – Harry se acercó a ella y la abrazó por la cintura.

- Uhm... creo que tienes razón – dijo, poniéndose de frente a él y sonriendo.

NADA ES PARA SIEMPREDonde viven las historias. Descúbrelo ahora