Devocional: Derribando Gigantes

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Día 18:

1 Samuel 17: 4-8Salió entonces del campamento de los filisteos un paladín, el cual se llamaba Goliat, de Gat, y tenía de altura seis codos y un palmo

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1 Samuel 17: 4-8
Salió entonces del campamento de los filisteos un paladín, el cual se llamaba Goliat, de Gat, y tenía de altura seis codos y un palmo. Y traía un casco de bronce en su cabeza, y llevaba una cota de malla; y era el peso de la cota cinco mil siclos de bronce. Sobre sus piernas traía grebas de bronce, y jabalina de bronce entre sus hombros. El asta de su lanza era como un rodillo de telar, y tenía el hierro de su lanza seiscientos siclos de hierro; e iba su escudero delante de él. Y se paró y dio voces a los escuadrones de Israel, diciéndoles: ¿Para qué os habéis puesto en orden de batalla? ¿No soy yo el filisteo, y vosotros los siervos de Saúl? Escoged de entre vosotros un hombre que venga contra mí.

- No sé cuál es tu lucha o que tan grande es el gigante al que te estás enfrentando. Pero algo tengo muy claro y es que cuando Dios llama a alguien con un propósito, Él lo va a respaldar. Y no habrá nada ni nadie que sea capaz de quitar o invalidar ese respaldo que Dios te ha dado. Por lo cuál tu siempre tendrás una ventaja por encima de tu gigante y es que contigo anda quien todo lo conoce y quien todo lo revela, Cristo Jesús. Pide a tu Padre Celestial que te ayude a Identificar aquel gigante que te está haciendo frente y que no puedes derribar, ya sea porque es muy grande o por su mucha fuerza que ejerce sobre ti. Cuándo vamos confiados al trono de la Gracia, no dudando nada, Dios se encargará de responder nuestras preguntas. De modo que si sabes que algo se esta volviendo en tu vida una lucha constante que no puedes ganar y siempre eres vencido en lo mismo, entrégalo a Dios y pide su ayuda.

1 Samuel 17: 9-11
Si él pudiere pelear conmigo, y me venciere, nosotros seremos vuestros siervos; y si yo pudiere más que él, y lo venciere, vosotros seréis nuestros siervos y nos serviréis. 10 Y añadió el filisteo: Hoy yo he desafiado al campamento de Israel; dadme un hombre que pelee conmigo.  Oyendo Saúl y todo Israel estas palabras del filisteo, se turbaron y tuvieron gran miedo.

-Es normal enfrentar el miedo ante un gigante y más cuando reconoces que con tus fuerzas y capacidades físicas no podrás vencerle, porque es mas fuerte o grande que tú. Pero no permitas que ese temor te paralice o limite, mas bien aunque tengas temor de lo que puede llegar a hacer, hazle frente a ese gigante porque Dios te respaldará.

1 Samuel 17: 32-36
Y dijo David a Saúl: No desmaye el corazón de ninguno a causa de él; tu siervo irá y peleará contra este filisteo. Dijo Saúl a David: No podrás tú ir contra aquel filisteo, para pelear con él; porque tú eres muchacho, y él un hombre de guerra desde su juventud. David respondió a Saúl: Tu siervo era pastor de las ovejas de su padre; y cuando venía un león, o un oso, y tomaba algún cordero de la manada, salía yo tras él, y lo hería, y lo libraba de su boca; y si se levantaba contra mí, yo le echaba mano de la quijada, y lo hería y lo mataba. Fuese león, fuese oso, tu siervo lo mataba; y este filisteo incircunciso será como uno de ellos, porque ha provocado al ejército del Dios viviente.

-No importa tu edad, no importa tu conocimiento, no importa tu posición y menos tu tamaño, lo que importa es que seas obediente a Dios y que cuando se levante el gigante, creas que Dios te dió dones, talentos y capacidades con las cuáles vas a vencer. No importa que tan intimidante sea el adversario, párate firme en la línea de batalla pues no existe nadie, ni nada que Dios no pueda derribar. Ya sea la duda, incredulidad, temor, desánimo, menosprecio, fornicacion, masturbación, adulterio, ira, maledicencia, ansiedad, depresión, mentira, inconstancia, etc. No cuestiones como podrás vencer aquello que ahora te es imposible de vencer, al contrario cree que Dios es quien te ayudará a vencer aquello que te estaba venciendo. No peleemos con nuestras propias fuerzas porque vamos a ser derribados, dejemos que Dios pelee por nosotros. Entregando todo en sus manos con sinceridad.

1 Samuel 17: 45-50
Entonces dijo David al filisteo: Tú vienes a mí con espada y lanza y jabalina; mas yo vengo a ti en el nombre de Jehová de los ejércitos, el Dios de los escuadrones de Israel, a quien tú has provocado.  Jehová te entregará hoy en mi mano, y yo te venceré, y te cortaré la cabeza, y daré hoy los cuerpos de los filisteos a las aves del cielo y a las bestias de la tierra; y toda la tierra sabrá que hay Dios en Israel.   Y sabrá toda esta congregación que Jehová no salva con espada y con lanza; porque de Jehová es la batalla, y él os entregará en nuestras manos.  Y aconteció que cuando el filisteo se levantó y echó a andar para ir al encuentro de David, David se dio prisa, y corrió a la línea de batalla contra el filisteo.  Y metiendo David su mano en la bolsa, tomó de allí una piedra, y la tiró con la honda, e hirió al filisteo en la frente; y la piedra quedó clavada en la frente, y cayó sobre su rostro en tierra.  Así venció David al filisteo con honda y piedra; e hirió al filisteo y lo mató, sin tener David espada en su mano.

-Una vez que hayas identificado ese gigante que te está haciendo frente, alístate con toda la armadura de Dios, hazle frente y derríbalo en el nombre de Jesús. No hay pecado, influencia o lucha imposible de vencer, porque para Dios todo es posible.  No te dejes intimidar y pelea, porque si ya Dios te dió la victoria, la recibirás.  Nadie puede detener al Dios de Israel, Nuestro Padre Celestial, quien guarda de nosotros y nos prepara para todo.

Salmos 144:1
Salmo de David. Bendito sea Jehová, mi roca, Quien adiestra mis manos para la batalla, Y mis dedos para la guerra;

Por: AGQ
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Bendecido Jueves,
La paz de Dios sea sobre cada uno de ustedes.🕊

¡Ese gigante va para el suelo, porque Dios dijo que Sí!

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