Devocional: Voto a Jehová

6 1 0
                                    

Día 94:

Jueces 11:30-32
Y Jefté hizo voto a Jehová, diciendo: Si entregares a los amonitas en mis manos, 31 cualquiera que saliere de las puertas de mi casa a recibirme, cuando regrese victorioso de los amonitas, será de Jehová, y lo ofreceré en holocausto. 32 Y fue Jefté hacia los hijos de Amón para pelear contra ellos; y Jehová los entregó en su mano.

-En este pasaje bíblico podemos ver que Jefté se presenta delante de Jehová pidiéndole que le entregara la victoria de la guerra contra los amonitas. Haciéndole así la promesa a Dios de que si entregaba en sus manos a sus enemigos él ofrecería a cualquier personas que saliera de su casa a recibirle como sacrificio. Entonces Jehová concedió la petición de Jefté y le dió la victoria sobre sus enemigos ganando así la guerra por el territorio.

Jueces 11:34-36
Entonces volvió Jefté a Mizpa, a su casa; y he aquí su hija que salía a recibirle con panderos y danzas, y ella era sola, su hija única; no tenía fuera de ella hijo ni hija. 35 Y cuando él la vio, rompió sus vestidos, diciendo: ¡Ay, hija mía! en verdad me has abatido, y tú misma has venido a ser causa de mi dolor; porque le he dado palabra a Jehová, y no podré retractarme. Y 36 Ella entonces le respondió: Padre mío, si le has dado palabra a Jehová, haz de mí conforme a lo que prometiste, ya que Jehová ha hecho venganza en tus enemigos los hijos de Amón.

-Mientras meditaba en esta historia es Espíritu Santo traía a mi mente la importancia de ser cuidadosos con nuestras palabras y ser prudentes de modo que antes de llegar a hacer algún voto o promesa a Dios tengamos presente lo que estamos prometiendo y ser así rápidos para cumplir lo que hemos prometido. Pues en ocasiones podemos ser ligeros de labios y hacer promesas a Dios que luego de ver el cumplimiento ante nuestra necesidad o circunstancia simplemente olvidamos que nos tocaba ahora a nosotros cumplir a Dios. Talvez en algún momento de enfermedad que no veíamos salida, le pedimos al Señor que nos sanara y que a cambio de ese milagro de sanidad nos dedicaríamos a servirle o alguna otra promesa. Muchas veces es fácil recibir el cumplimiento de parte de Dios porque fiel es Él y su misericordia se renueva sobre nosotros a cada mañana, pero nosotros debemos de ser igual de fieles para cumplir lo que le prometimos por el milagro hecho o la victoria recibida. No seamos creyentes olvidadizos, seamos rápidos a cumplir y si hemos olvidado alguna promesa que hemos hecho pidámosle al Espíritu Santo que la traiga a memoria para que podamos cumplirla a Dios sin importar el tiempo que haya pasado pues es mejor cumplir que prometer y no hacerlo.

Eclesiastés 5:5
Es mejor no prometer, que prometer y no cumplir.

Por: AGQ

Mi Devocional DiarioDonde viven las historias. Descúbrelo ahora