𝙲𝙰𝙿𝙸𝚃𝚄𝙻𝙾 𝟷𝟽.

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𝚃𝚊𝚗 𝚎𝚏í𝚖𝚎𝚛𝚘 𝚌𝚘𝚖𝚘 𝚎𝚕 𝚟𝚎𝚛𝚊𝚗𝚘.

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Advertencia: el siguiente capítulo puede contener material sensible. 

ʜᴀɴᴀʙɪ'ꜱ ᴘ.ᴏ.ᴠ.

— Tranquila Hani, no te voy a lastimar — declara Zeke entre dientes — si pones de tu parte incluso lo disfrutarás — añade acercándose aún más a mí. 

Volteo la cabeza e intento alejarme, Zeke comienza a reír como un desquiciado a la vez que pasa sus dedos sobre la tela de mi blusa para terminar colocándo sus manos alrededor de mi cintura, muevo las piernas intentando golpearlo o alejarlo. 

Viene a mi memoria el día en que el profesor Ackerman me defendió de él en la biblioteca, recuerdo sentir la misma impotencia, incapaz de defenderme porque es más fuerte que yo, sólo que en esta ocasión nadie viene a salvarme. 

— Por favor, detente — sollozo — ¿De verdad vas a hacer algo tan vil sólo porque terminé contigo? 

— Hanabi, él siempre ha tenido lo que quiere aunque fue sacado de un mísero orfanato, no importa lo mucho que me esfuerce, nunca puedo alcanzarlo. 

— ¿Y yo que tengo que ver en esto?

— A pesar de que puede tener el control de la ciudad, el hospital, su mansión, vida o coche, lo único que le importa eres tú — responde acariciando mi mentón — asimismo, también debías pagar por la humillación que me hiciste pasar dejándome por ese imbécil, todos estos años guardé la esperanza de vengarme de ambos y encontré a la persona ideal para ayudarme a cumplir con mi venganza contra ustedes dos. 

— ¿Estás trabajando con Marti? Tu eres el que estuvo tomando todas esas fotos y enviándolas desde distintos lugares, por eso te mudaste a Kioto, para estar más cerca de nosotros y conocer lo que hacíamos. 

Zeke me quitó la venda, sus ojos irradiaban furia, acaricio mis mejillas y depositó un beso sobre mi mejilla, luego sonrió con tristeza. 

— Toda mi vida ha sido una basura, era feliz cuando sólo éramos mamá, papá y yo, pero, tuvo que divorciarse y conocer a Carla, mi padre nunca tuvo tiempo para mí, sin embargo, cuando nació Eren, acortó sus horas en el hospital para llevarlo a la escuela, entrenamientos, asistir a las reuniones de padres e incluso a sus insignificantes eventos académicos. La única forma en que pude acercarme un poco, fue estudiando medicina, creí que si me volvía un médico exitoso, lograría contar con su reconocimiento sin embargo, me equivoqué. El maldito de Levi se quedaría con la mayor parte de las acciones sólo por pertenecer a la familia Ackerman cuando nunca había puesto un pie en el hospital. Si él desaparecía, Marti me haría uno de sus socios mayoritarios y así sería capaz de mostrarle a mi padre que triunfé sin su ayuda. 

— El doctor Jaeger nunca reconocería a un delincuente — reproché con una mirada de desaprobación — él te quiere pero, tu madre siempre ha buscado apartarte, además, tú adoras a Eren, siempre quisiste un hermano, ¿Es esto lo que deseas enseñarle? 

— También he querido un padre — replica mirándome a los ojos — supongo que no podemos tener todo lo que deseamos, ¿No es así, Hanabi? 

Tras sus palabras se acerca hacia mí, su cuerpo está muy cerca del mío, intento defenderme cuando aprisiona mis piernas entre las suyas, sube mis manos a mi cabeza y comienza a besar mi cuello con desesperación, las lágrimas corren por mis mejillas, mi voz se ha vuelto un susurro, no puedo si quiera gritar, tengo miedo y me siento incapaz de defenderme. 

𝚀𝚞é𝚍𝚊𝚝𝚎 𝚊 𝚖𝚒 𝚕𝚊𝚍𝚘 | ʟᴇᴠɪ ᴀᴄᴋᴇʀᴍᴀɴDonde viven las historias. Descúbrelo ahora