𝚀𝚞é𝚍𝚊𝚝𝚎 𝚊 𝚖𝚒 𝚕𝚊𝚍𝚘 | ʟᴇᴠɪ ᴀᴄᴋᴇʀᴍᴀɴ

𝙴𝙿𝙸𝙻𝙾𝙶𝙾

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Todo cambia, las personas cambian, pero tú, quédate a mi lado. 

El eco de mis pasos a través de los enormes pasillos de la mansión acompañan mi caminata matutina. Observo los árboles sin follaje acompañados de un suave aroma a hojas secas mezcladas con la nostalgia del otoño, una de mis estaciones favoritas. 

Bajo las escaleras hasta llegar a la sala, hay montones de cajas etiquetadas con el nombre de "navidad", tal como había pedido; últimamente dispongo de mucho tiempo libre ya que mi jefe ha decidido darme los próximos meses de descanso. 

Abro la primera caja, sacando algunas guirnaldas para los pasamanos de las escaleras, encuentro estuches con esferas de distintos tamaños, figuras de porcelana y finalmente, el árbol de navidad, guardado en tres cajas diferentes por lo alto que es. 

— ¿No crees que es muy pronto para las decoraciones navideñas? — pregunta una voz masculina a mis espaldas y sonrío de lado. 

— Jamás, la navidad pasa tan rápido que lo mejor es celebrar con anticipación, Erwin. 

El rubio asiente con la cabeza en tanto que me ayuda a sacar las últimas piezas del árbol, lo cual le hace estornudar ya que está lleno de polvo. 

— ¿Levi sigue en la editorial? He venido ha entregarle algunos informes del hospital — dice sonando su nariz con un pañuelo y termina sentándose en uno de los sillones. 

— Llegará en cualquier momento, prometió venir a comer conmigo — explico a la vez que comienzo a limpiar las ramas polvorientas de aquella reliquia. 

— Entonces lo espero.

— ¿Quieres algo de beber? Puedo llamar a una de las chicas. 

— Estoy bien — contesta antes de abrir un maletín y colocarlo en su regazo — por cierto, ¿cómo van tus mareos? 

— Disminuyeron, sin embargo, Levi no quiere que vaya a la editorial a trabajar porque me niego a usar el elevador y últimamente he tenido calambres en los pies por la noche. 

— Le pediré a Ymir que te prescriba algunos medicamentos que fortalezcan las articulaciones. 

Asiento con la cabeza algo decepcionada de que Erwin no opinase igual que yo respecto a la "sobre protección" de Levi; no obstante, es algo normal, ambos son casi cuarentones criados en la vieja escuela. 

— También deberías pedirle a Ymir que le envíe una orden de descanso, aunque no va a la oficina, no para de hacer cosas por aquí. 

La tenue voz de Levi me sorprende puesto que no había escuchado sus pasos al entrar, me giro observándole de pie a mis espaldas, con los brazos cruzados y su típica mirada indescifrable. 

— Bienvenido — saludo sacudiendo un poco mis manos — pensé que tardarías un poco más. 

— Logré terminar mis pendientes temprano — responde rodeándome por la cintura — Erwin, no esperaba verte hoy.

— Oncología trabajó sobre un nuevo presupuesto y necesito tu aprobación, me tomará menos de treinta minutos. 

— Bien, vamos al despacho — indica extendiendo un poco la mirada.