Ser universitaria, escribir un libro y enamorarte de tu profesor, suena una tarea difícil...
Ser profesor, manejar una editorial y enamorarte de tu alumna, aún peor...
Quédate a mi lado es la secuela de Quédate Conmigo, relatando la vida peculiar de...
— Cálmate Levi, estarán bien — Hange puso una mano sobre mi hombro sabía que no existían palabras humanas que me tranquilizaran hasta que Eren sacara sana y salva a mi bebé del vientre de mi esposa.
Después de lo que me parecieron horas, Eren salió del quirófano con una gran sonrisa en su rostro.
— Felicidades Levi, eres el papá de una hermosa niña, ambas están muy bien, puedes pasar a verlas en recuperación.
No dudé un sólo segundo, ni siquiera esperé a recibir los abrazos de felicitación de los que esperaban conmigo en la sala privada y fui hasta la cama donde Hanabi estaba acostada, tenía la piel más pálida que de costumbre y los labios un poco secos, sin embargo, me parecía la mujer más hermosa del planeta.
Cuando me vio caminar hacia ella, una sonrisa se dibujó en su rostro. Tenía a nuestra hija recostada sobre su pecho y las mejillas llenas de lágrimas.
— Levi, tenemos una bebé — lloriqueó — esta personita tan preciosa es de los dos.
Le devolví la sonrisa y besé su mejilla disfrutando la calidez de su piel. Mi ojos se dirigieron a nuestra hija y me dio la sensación de que mi pecho crecía por todo el amor que se acumuló al verla ahí, llena de sangre e hinchada.
Los bebés son horribles cuando acaban de nacer, pero mi hija era preciosa, y nadie me hará cambiar de opinión.
— Hola mi amor, al fin vas a librarte de las conversaciones de mamá y tu tía Sasha sobre ese tal Robert Pattinson.
Hali me miró con los ojos entrecerrados y simuló darme un golpe suave en el hombro. Acaricié la cabeza de mi bebé y le di un beso sobre su frente.
— Te amo — susurré como si pudiera entenderme y luego apoyé la mandíbula sobre la cabeza de mi esposa — gracias Hali, cuidaré de ambas con mi vida.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
──────♡──────
Cambio de pañales.
A Hanabi se le daba fatal pero Levi parecía un experto, envolvía el pañal usado a la perfección y lograba hacerlo entrar en la cesta al primer intento. Al finalizar, se demoraba unos cinco minutos en el baño desinfectando sus manos y otros diez con el cambiador de la bebé, las toallitas húmedas, etcétera.
Un dato curioso es que el armario de la bebé cuenta con una excelente limpieza y organización.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
