𝚀𝚞é𝚍𝚊𝚝𝚎 𝚊 𝚖𝚒 𝚕𝚊𝚍𝚘 | ʟᴇᴠɪ ᴀᴄᴋᴇʀᴍᴀɴ

𝙲𝙰𝙿𝙸𝚃𝚄𝙻𝙾 𝟷𝟺.

"𝙼𝙸 𝙽𝙾𝙲𝙷𝙴 𝙼Á𝚂 𝙾𝚂𝙲𝚄𝚁𝙰"

 ────── ♡ ──────

ʜᴀɴᴀʙɪ'ꜱ ᴘ.ᴏ.ᴠ.

Llego al gimnasio de la universidad casi sin aliento, me despojo de la chaqueta y busco a mis amigos por las tribunas, a lo lejos, distingo el cabello alborotado de Eren, sostiene un enorme guante azul con la leyenda "Vamos toros de Kyoto" y a su lado izquierdo Connie, con las mejillas teñidas de líneas azul y blanco. 

— ¡Hani, por aquí! —  Marco me saluda desde la cancha —  ¿Estás bien? Luces pálida. 

— Tuve que correr desde la cafetería y como ves, no soy la persona más atlética —  miento, no puedo decirle que en realidad, estoy preocupada por el profesor Ackerman. 

—  El partido casi comienza, tus amigos están por allá —  señala al área que había visto con anterioridad — ¡Jean! Mira quién vino a ver el juego. 

Después de encestar el balón, trota hacia nosotros, a medida que se acerca arquea una ceja. Marco me conoce hace poco, no es de extrañarse que sea crédulo a mis mentiras, no obstante, es imposible ocultarselo a mi mejor amigo de casi toda la vida. 

— Gracias por venir, Hanabi — habla simple y regresa a calentar con el resto del equipo. 

— ¿Que le pasa a ese chico? —  cuestiona Marco ajustándose el cuello de la playera.

— Está nervioso — miento otra vez, tengo la certeza de que se ha molestado imaginando que algo sucedió con Levi y por eso tengo esa cara —  me voy, suerte en el partido. 

Marco asiente con la cabeza y se une a sus compañeros, mientras subo por las escaleras laterales es difícil caminar entre la multitud de alumnos con carteles, maracas y algunos objetos para alentar al equipo. 

— Hanabi, Mikasa estaba preocupada por ti — menciona Eren en cuanto me ve, moviéndose un poco para dejarme pasar. 

— Mmm lo lamento — respondo casi como un robot y termino sentándome entre Armin y Mikasa — ¿Has hablado con Levi? —  susurro al oído de la pelinegra. 

— No desde la mañana, ¿Por qué? No me digas que discutieron. 

Niego con la cabeza a la vez que saco de nuevo el móvil, mis mensajes han sido entregados pero no los ha leído, debato internamente entre contarle a Mikasa sobre mi preocupación o esperar, sí, quizá estoy siendo demasiado paranoica. 

 — Me está llamando Erwin — dice de pronto y se tapa un oído para poder escuchar mejor — Hola Er, ¿Todo bien? Sí, estoy en la universidad, ella también está aquí.

De pronto, Mikasa se queda callada, su rostro palidece y sus ojos se posan en un punto fijo a la vez que deja caer el celular. 

— Amor, ¿Qué pasa? —  Eren acunó su rostro entre sus manos mirándola con preocupación porque no era capaz de responder — Mikasa, amor, háblame, ¿Qué sucede? 

Me levanto de inmediato y recojo el teléfono del suelo, la llamada no se ha cortado.

— Erwin, soy Hanabi, ¿Qué pasa? —  mi voz tiembla al igual que mis piernas y mi corazón parece a punto de estallarme en el pecho.