𝙲𝙰𝙿𝙸𝚃𝚄𝙻𝙾 𝟽.

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𝙻𝚊 𝚕𝚕𝚎𝚐𝚊𝚍𝚊 𝚍𝚎𝚕 𝚟𝚎𝚛𝚊𝚗𝚘.

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ʜᴀɴᴀʙɪ'ꜱ ᴘ.ᴏ.ᴠ.

Me remuevo entre las sábanas de la cama, cubriendo mis ojos de la luz solar que entra sutilmente a través de las persianas. Doy un largo bostezo estirando los brazos y, siento mi cuerpo dolorido, como si hubiese corrido un maratón.

Por la madrugada, después de ducharnos, Levi y yo tuvimos sexo un par de veces más, hasta que, al levantarme por un vaso de agua, mis piernas se tambalearon un poco y el profesor Ackerman concluyó que era momento de parar.

La falta de práctica, supongo.

Mis mejillas se ruborizan al recordar la noche anterior y me cubro el cuerpo con las sábanas blancas de la cama al escuchar el chirrido de la puerta.

- Buenos días preciosa, ¿Dormiste bien? - Levi se acerca a mi con un traje deportivo y vendas rodeando sus manos.

- Como un bebé - respondo en tanto que planta un dulce beso sobre mis labios -¿Cómo es que tuviste energía para entrenar?

- Había quedado con Erwin, planeaba llegar antes de que despertaras.

Mientras habla, baja las sábanas, examinando las extremidades de mi cuerpo hasta llegar a la cintura - Lo siento, te lastimé - dice pasando las yemas de sus dedos sobre unas sutiles marcas rojas al rededor de mi cintura.

- No tienes por qué disculparte, me preguntaste si estabas siendo rudo y dije que no - acaricio sus fornidos brazos y sigo hablando -me gusta sentir que te apoderas de cada parte de mi cuerpo.

- La próxima vez seré más gentil - susurra acercando sus labios a los míos nuevamente.

Comenzamos a besarnos con suavidad, paso mis dedos entre los mechones negros de su cabello atrayéndole hacia mí.

- Hali, estoy sudado - menciona dejando escapar un jadeo.

- Así tendré un pretexto para meterme a la ducha contigo.

El profesor se deshace de su playera en un movimiento, a la vez que deposita besos desde mi cuello hasta mis hombros, ni siquiera tiene que estimularme porque mi cuerpo pide desesperadamente por él.

- Joven Levi.

Ambos nos separamos de golpe, él se incorpora en un instante, caminando hacia la puerta - Si es la cuatro ojos, la mato.

- Señor, disculpe que lo moleste - dice una de las mujeres de servicio - pero, el desayuno se está sirviendo, todos han sido llamados a concentrarse en el comedor.

- Bajamos en treinta minutos, pueden empezar sin nosotros - finaliza el profesor cerrando la puerta.

- Al menos podemos ducharnos juntos - digo levantándome de la cama a la vez que envuelvo mi cuerpo en una bata.

- Paciencia saltamontes, tenemos treinta minutos - interrumpe tomándome de las muñecas y me devuelve a la cama - nunca subestimes lo que tu novio puede lograr en quince.

- Mmm, me interesa.

- Pero, no podré cumplir mi promesa de ser gentil contigo.

- Levi Ackerman, puedes destruir mi cuerpo y yo aceptaría con todo el gusto del mundo.

- Esa es mi chica - resuelve con un largo beso en mis labios.

Lo que daría por despertar así el resto de mi vida.

𝚀𝚞é𝚍𝚊𝚝𝚎 𝚊 𝚖𝚒 𝚕𝚊𝚍𝚘 | ʟᴇᴠɪ ᴀᴄᴋᴇʀᴍᴀɴDonde viven las historias. Descúbrelo ahora