𝙲𝙰𝙿𝙸𝚃𝚄𝙻𝙾 𝟸𝟶.

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𝚀𝚄𝙴𝙳𝙰𝚃𝙴 𝙰 𝙼𝙸 𝙻𝙰𝙳𝙾

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|2 AÑOS  DESPUÉS| 

|ʟᴇᴠɪ'ꜱ ᴘ.ᴏ.ᴠ|

Los hospitales me disgustan tanto, que me parece una maldición por parte de las deidades tener que trabajar aquí, pasaron algunos meses desde que visité el hospital por última vez. Han hecho algunos cambios comenzando con las viejas puertas giratorias que ahora se abren automáticamente ante la presencia de humanos — o algún perro, porque a estos últimos, les agrada pasarse por aquí y darle molestias a los encargados de la limpieza—.

Las chicas de recepción han cambiado sus peinado, una de ellas se hizo un flequillo y la otra lleva el cabello más corto, sin embargo, la expresión en sus rostros es igual a lo que recordaba, murmurando con las mejillas acaloradas como si no pudiese verlas.

— S-señor Ackerman, ¡cuánto tiempo sin verle! — exclama una de ellas acercándose a mi silla.

— Puedo hacerlo — la detengo con un ademán antes de que pueda colocarse en el respaldo, detesto que las personas quieran llevarme, soy capaz de mover mis dedos y guiar este cacharro por mi cuenta.

— ¿Se dirige a su oficina? Debe saber que no han entrado en mucho tiempo, debe estar lleno de polvo, llamaré a la señora Ta...

— No te apresures, dile a la señora Takahashi que puede tomarse su tiempo, primero tengo una cita con el fisioterapeuta — respondo girándome hacia el ascensor.

— Me alegra verlo aquí, Levi-san.

— Ah, Eren, no esperaba encontrarte por aquí — contesto estoico siguiendo mi camino con él detrás de mí, guardando su distancia.

— Hoy doblo turno — señala quitándose la mascarilla — ¿Cómo va tu vista? ¿Has tenido algún malestar?

— En absoluto, creo que veo mejor que nunca — respondo marcando el botón, Eren me ayuda a acomodar la silla dentro del elevador y sube a mi lado — hiciste un buen trabajo, no esperaba menos del mocoso que pretende casarse con mi hermana.

— Sé lo importante que es para Mikasa, por eso puse todo de mí en la cirugía, además, usted es una buena persona, merece vivir de la mejor manera posible.

— ¿Tú crees? — suelto irónico — no siempre obtenemos lo que merecemos.

La campana del elevador timbra y las puertas se abren de par en par, ambos salimos y doblamos hacia la derecha, donde se ubica la sala de terapia física.

— Gracias, hasta aquí llego yo — me detengo frente a la puerta — por cierto, he reservado el restaurante que me pediste y Hange se comprometió a distraer a Mikasa para que no se dé cuenta de todo tu plan.

— Muchas gracias Levi, le debo una.

— Ni lo menciones, sólo asegúrate de que todo salga bien.

Eren se despide en la puerta y vuelve por el pasillo, a veces me cuesta creer que un joven de veintidós años, logró llevar a cabo una cirugía ocular tan complicada como la mía y tener éxito, supongo que es el poder del amor, el hacerme recuperar la vista en mi ojo derecho, le dio puntos para que aceptara darle la mano de mi única hermana, aunque siendo honesto, no conozco un chico mejor para ella, y eso es mucho decir.

* * *

Al finalizar la primera sesión me siento inútil, el especialista hizo algunos movimientos con mis piernas y no logro sentir cambio alguno, los pasillos solitarios del tercer piso, permiten sumergirme en mis pensamientos, tanto que no soy consciente cuando llego a la planta de mi oficina.

𝚀𝚞é𝚍𝚊𝚝𝚎 𝚊 𝚖𝚒 𝚕𝚊𝚍𝚘 | ʟᴇᴠɪ ᴀᴄᴋᴇʀᴍᴀɴDonde viven las historias. Descúbrelo ahora