Ser universitaria, escribir un libro y enamorarte de tu profesor, suena una tarea difícil...
Ser profesor, manejar una editorial y enamorarte de tu alumna, aún peor...
Quédate a mi lado es la secuela de Quédate Conmigo, relatando la vida peculiar de...
Abro los ojos con un terrible dolor en el cuello, me remuevo entre las sábanas y mi pierna choca contra algo, es el abdomen de Jean. Froto mis ojos un par de veces y me quedo mirando el techo con pocas ganas de levantarme, el reloj de la mesita de noche marca las 9 am y sé que tengo que levantarme para ir a la facultad.
Saco una pierna de la cama deteniéndome antes de pisar un brazo humano enredado entre las frazadas del suelo.
La noche del domingo, Marco, Jean y yo, hicimos una "fiesta de pijamas", con un maratón de Los Juegos del Hambre, pizza, helado de chocolate y mascarillas faciales.
Jean sabía exactamente lo que me pasaba, que estaba triste por mi ruptura con el profesor Ackerman, sin embargo, a Marco sólo le conté que había terminado con un novio que tenía en Tokio - verdad a medias, claramente-.
Rodeo la cama y me dirijo al baño, lavo mi rostro y, me percato de lo hinchados que lucen mis ojos. En algún libro leí que poner una cuchara en la nevera, es bueno para aliviar unos hijos enrojecidos, pero, en este momento no cuento con una.
Salgo del baño cuidado mis pasos, sin embargo, Jean y Marco ya han despertado, ambos tienen caras de muertos vivientes y los cabellos alborotados.
— Buenos días princesas — bromeo caminando hacia el armario — ¿Cómo durmieron?
— No recuerdo en qué momento cerré mis ojos, ¿Quién apagó el portátil? — pregunta Marco.
— Yo, tú y Hanabi se durmieron en la mejor parte de la cuarta película — contesta Jean levantándose de la cama.
— Lo siento, no había dormido bien en días, se acumuló todo mi cansancio — menciono en tanto que busco con qué zapatos combinar mi vestido azul de flores.
— Tus ojos están rojos, ¿Te volviste Itachi Uchiha en la noche?
— Sí, te hace falta odio Jeanbo — le digo picando sus costillas — me daré una ducha, tengo un examen en un par de horas.
— De acuerdo, yo dormiré un poco, hoy sólo presento dos exámenes por la tarde — contesta Jean tomando sus cosas de una esquina de la habitación.
— Te veré más tarde en la facultad Hani — se despide Marco imitando la acción de Jean.
— Oigan, gracias por lo de anoche, me hizo sentir mejor — alcanzo a decir desde la puerta del baño.
— Cuando quieras Hani, somos tus amigos — contesta Marco cerrando la puerta tras sí.
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Una vez finalizo el primer examen, me dirijo a la cafetería para pedir un café expreso mas un par de rosquillas, camino con cuidado de no derramar el líquido caliente sobre mi ropa cuando escucho una voz a mis espaldas.
